Me ha sido difícil escribir esta crítica. Por una parte lo que se ve en la pantalla es una obra de arte siendo un claro ejemplo de que la animación a mano todavía tiene futuro, pero por el otro lado la trama me deja decepcionado.
El mismo director lo ha dicho en entrevistas que esta cinta esta dirigida al público infantil, pero me hace dudar que tan comercial pueda ser afuera de Japón. Es muy diferente el mundo en el occidente donde lo niños de emocionan más con robots y superhéroes en eternas batallas que con la inocencia de un pescado deseando el amor de un humano.
Estoy escéptico de la actitud de los niños que asistan a ver la película, no creo que vayan aceptar la lentitud con la que se desarrolla la trama, los momentos únicos de cotidianidad que plasma el director, los diálogos serenos y tranquilos. Me fue difícil digerir la cinta si no fuera por la animación que en momentos es sorprendente y hermosa. Espero que sólo sea yo el que experimente cierta desesperación a que ocurra algo contundente y que la mayoría del público admire una verdadera obra de arte.
Las horas de trabajo que debieron haber pasado para crear la cinta deben de ser reconocidas, es en verdad un trabajo hecho con cariño y amor. Los colores , diseños , cientos de seres acuáticos en una misma escena creando una sinfonía de movimiento que en ciertos momentos te hacen creer en lo mágico que puede ser la animación y que se ha perdido con el trabajo de alta producción con el uso de las computadoras.
La historia trata de un pescado (Ponyo) que en su curiosidad por el mundo terrestre conoce a Susuke de cinco años, del cual siente un gran cariño, provocando que ella desee convertirse en humano para poder vivir con él.
Por supuesto que existen inconvenientes que no permiten esta feliz unión, principalmente por parte de los padres de la chica que conscientes del desbalance en la naturaleza provocado por que Ponyo viva en la Tierra , esta ocasionando que las mismas estrellas caigan y los mares aumenten de nivel.
La falta de drama en la historia la hace menos a comparacion de «La Princesa Mononoke» y » El viaje de Chihiro». No existen momentos de tensión o peligro con excepción de la gran inundación que sufre el pueblo de S?suke que termina con la felicidad de los pueblerinos al estar viajando en lanchas o que los ancianos del refugio sean encapsulados en una burbuja gigante debajo del mar. Afortunadamente para nuestros personajes principales , todo termina en un gran acuerdo entre los padres de ambos y en un futuro que me hace desear en la secuela de unos adultos ya casados y con hijos.
Es la falta de un clímax contundente que no me deja satisfecho, aún «Mi amigo Totoro» con su trama light me sorprendió con un final tan grande como el árbol que nació de la bellota, aquí no existe tal momento, es como si ya se hubiera acabado el tiempo y tenían que cerrar el changarro. Tanto mitote para un final tan simple.
Por eso Ponyo es difícil de digerir, la mayoría de los críticos la alaban de grandiosa , haya ellos , para mí «Up» sigue siendo aún la mejor cinta animada del año.