noviembre 2010

Crítica: Skyline

Imagen de la película Skyline

En el remake de «La Guerra de los Mundos» existe un momento en donde la película se  hunde como plomo en el agua. Es cuando los protagonistas se refugian en el bunker del loco y son raptados en una de las máquinas alienígenas que toda la emoción simplemente desaparece y sólo sigues sentado mirando la pantalla por inercia.  Los efectos especiales  nos despiertan de la fantasía porque se vuelven tan irreales que tú mismo ya no crees lo que estas mirando. Ahora imagínense esas breves escenas multiplicadas en una película sin las actuaciones, ambientación, ni dirección que lo respalde. Si Spielberg al final no pudo,  menos los hermanos Strause.

Los primeros minutos casi me convencen de que todo había sido producto de la mala publicidad. Inmediatamente somos testigos de luces caer del cielo y hasta un aterrador encuentro cercano del tercer tipo que termina con la pantalla indicándonos que hemos regresado quince horas antes del gran evento.  Dentro de mi pensé que no podía ser tan malo, después de todo,  el chiste es que conozcamos la vida de estos individuos para que nos importe lo que les sucede.  El problema es que son personas tan superficiales, que sus supuestos conflictos nos hacen simpatizar con los extraterrestres para que los asesinen a simple vista.

Los actores fueron obtenidos en una barata del sindicato, los cuales por obvias razones no hemos vuelto a ver en series de televisión y mucho menos en el cine. Cada vez que Elaine (Scottie Thompson) y Jarrod (Eric Balfour) intentaban alguna escena romántica era doloroso, en verdad que la cinta funciona mejor cuando nos saturan de efectos especiales con los desechos de pulpos voladores de «Matrix».

Por lo general todo lo que tenga que ver con monstruos gigantes o naves de otros mundos  tienen como costumbre atacar en la noche, cuando sólo vemos sombras tenebrosas que acechan a víctimas despistadas que ni tiempo tienen de voltear. Por fortuna la acción se desarrolla durante la mayor parte del día, con enormes vistas que no tienen temor de mostrar detalles de la amenaza alienígena que acecha nuestro mundo, el lado negativo es que si no se tiene la calidad suficiente los pixeles son evidentes, algo que se puede notar cuando lo digital actúa sobre lo real.

Ya con tantos kilómetros recorridos en este género de invasiones, los creadores de la película no se que pretendían. La trama es una larga persecución, con momentos serios que salen cómicos y con un final abrupto tan pésimo que te deja con un mal sabor de boca.

Crítica: Atracción Peligrosa

De nuevo tenemos otra víctima de  mala traducción del título al castellano por parte de las casas productoras. Nada que ver Atracción Peligrosa con «The Town», lo correcto sería la ciudad o de plano «Ciudad de Ladrones» como fue nombrada en España.

Desde los primero minutos se nos explica que el ser asaltabancos se vuelve un oficio heredado de padres a hijos. Después vemos el modo de operar de un grupo de cuatro amigos, haciendo su trabajo brutal pero efectivamente, que lamentablemente tiene sus complicaciones. Es bajo esas circunstancias que conocemos a  Doug MacRay (Ben Affleck) y seremos testigos de las decisiones  que cambiarán su vida para siempre.

Muchos de ustedes estarán de acuerdo que las actuaciones de Ben Affleck  (con todo el respeto que se merece) son  como el Señor Cara de Papa: inmutable, sin otra expresión más que la de un chico sentado en el banquillo de la esquina tratando de entender lo que le enseñe su maestro. Lejos de su carrera de actor, ahora nos esta demostrando que su capacidad de dirigir no es cosa de la casualidad y dándole tiempo puede que hasta logre más éxitos dignos de admiración. Eso no quiere decir que » The Town» no lo sea, al contrario.

Desde el principio imprime una atmósfera tensa que nos hace involucrarnos con el protagonista. Aún sin ser innovador y siguiendo las pautas de un thriller de gángsters al pie de la letra. Su dirección y las actuaciones del elenco hacen que la película tenga lo suficiente para recibir la aprobación de la crítica. Si acaso desperdician la oportunidad  de llevar a otros niveles la producción por la falta de profundidad en  explicar los orígenes de la delincuencia.  Claro, que vemos los efectos de una familia disfuncional en Doug, pero nunca se nos muestra que lo llevó a ser asaltante. ¿Acaso la presión de sus amigos? ¿Herencia? Se tenían los elementos para poder llevarnos hasta a una aparente justificación del oficio de asaltabancos que quizás no decidieron fundamentar por inexperiencia o simplemente el objetivo era hacer otro thriller como tantos.

Lo que haya sido. Lejos de Affleck, también debo de agradecer la actuación de Jeremy Renner que hace emocionante el clímax con su incontrolable personaje. Es muy posible que después de su nominación al Oscar por «The Hurt Locker» y ahora «The Town» , se vuelva muy frecuente verlo en grandes producciones. Tampoco hay que olvidar a Rebecca Hall, que gracias a ella  la historia de amor se desarrolla sin ser un melodrama, pero no deja de ser conmovedora.

 

Crítica: El Juego Del Miedo VII

Es una decepción que la saga de Saw termine de tal forma.

Lo que en su momento inicio con promesas de grandeza, la saga de Saw termina en tantos pedazos como la centena de víctimas que se despacho el viejo. Muchos estaremos de acuerdo que desde la muerte de Jigsaw nada a sido igual, con excepción de la sexta parte que fue una inyección de aire fresco debido a lo relevante que son los engaños que realizan las compañías de seguros. Mientras con cada estreno anual, hemos sido testigos de como los creadores han destruido las características que distinguían a la serie.

Las pruebas mortales que imponía Jiwsaw sus víctimas, junto con las moralejas,  hacían que valiera la pena ver el sufrimiento de personas que se negaban a reconocer sus pecados, pero la falta de ideas llevó a que crear más situaciones de peligro, que  aunque ingeniosas, ya no transmitían la misma emoción y sólo nos dedicamos a ver sangre chorreando de la decena de maniquíes de plástico.

Entre la novedad del 3D y el atractivo de ser la última película capaz de aclarar todos los misterios (como si alguna vez nos hubieran planteado la idea de que existieran). Somos testigos de la batalla a muerte entre Mark Hoffman (Costas Mandylor) y la esposa de Jigsaw, Jill Tuck (Betsy Russell), para rellenar la duración de la cinta tenemos algunas escenas de víctimas en trampas 100% anti-fallos de la cual sólo la del «automóvil volador» es digna de mencionar. El mayor problema que tiene SAW 3D es que Mark es un pésimo villano, jamás logra llevar el legado de John Kramer (Tobin Bell) a nuevos niveles y se ve que sólo fue una escusa de los escritores para continuar.

Luego tenemos la aparición de un personaje que grita «FRAUDE» cada vez que aparece. Ya no es suficiente destruir si no sabotear el final de la primera película que hizo posible la plaga de secuelas. Al paso que vamos, en SAW XX veremos que todo fue culpa de las ratas del drenaje.

Esto se a vuelto un esqueleto de lo que fue y sólo aquellos que quieran ver pintura a chorros es posible que lo disfruten. Si es que todavía los creadores tienen cerebro para continuar por favor háganlo con un adecuado villano que entienda el legado de Jigsaw, era interesante, novedoso y le daba sabor a la masacre. De lo contrario, póngale la trampa inversa de oso a todo lo que otra vez nos hacen suponer será la próxima secuela.

Crítica: Harry Potter y las Reliquias de la Muerte. Parte 1

Daniel Radcliffe. Rupert Grint. Emma Watson en HP7 Parte 1

La mejor de toda la serie

Es el inicio del fin para la saga más famosa de la década. Ninguna otra cinta de la serie había sido capaz de transmitir el peligro que acecha constantemente a nuestros héroes, ni los miedos y sentimientos tan restringidos hasta ahora por la falta de tiempo para agregar la inmensidad de detalles que tienen los libros. Es ahora cuando los jóvenes protagonistas son puestos a prueba y deben de llevar la película a cuestas. Ya no más Dumbledore  o maestros esporádicos del momento para acaparar reflectores, es hoy cuando vemos en sus ojos el miedo a un mundo de magia empecinado en asesinarlos.

Desde los primeros minutos dejamos atrás el formato establecido y vemos una escena con Voldemort y sus secuaces planeado la muerte de Harry. Como todo en la vida, no será le será fácil, y al igual que el trío de amigos, él también deberá de ir en busca del objeto requerido para su destrucción. ¡Y que escena! Ya no más juegos, esta vez van los villanos con todo.

Tampoco  hay tiempo para explicaciones, ni para iletrados de la centena de eventos que hemos sido testigos. Los personajes, locaciones y objetos fueron previamente explicados. Es por eso que se me hizo injusto un padre de familia sentenciando a su hijo de que no verían la última parte  porque está cinta no fue lo suficientemente buena. Como si le hubiera dado alguna oportunidad. Ya a estas alturas la trama no se detiene para los principiantes y esta más enfocada en satisfacer a los fanáticos, algo que muchos críticos no entienden .

Al principio tenía dudas de lo justificable que era dividir el último libro en dos partes, pero he quedado convencido que lo que le hacía falta a la serie eran los momentos íntimos entre los personajes y no ir de escena tras escena llena de efectos especiales. Y no hay mejor ejemplo que durante la mitad de la cinta que para algunos les puede parecer aburrida, pero que para mí fue el momento clave en donde dejan de ser caricaturas de una historia de fantasía a ser personas con auténticos conflictos que resolver.  Es aquí donde Daniel Radcliff,  Rupert Grint  y Emma Watson nos venden la idea de verlos en futuros proyectos como actores y no como simples niños suertudos de haber sido elegidos como elenco.

El mundo se esta yendo al caño y el director David Yates nos lo recuerda en cada escena. A creado un ambiente tan deprimente que nos hace creer que Harry no tiene esperanza, si no fuera por los momentos light entre Ron y Hermione. Desde el Prisionero de Azkaban no éramos testigos de una dirección tan dinámica y visualmente encantadora. Una escena tras otra nos deleitaba con ángulos de cámara que me hacían dudar si se estaban guardando lo mejor para el final. Reconocimiento para la apropiada animación que explica los orígenes de las reliquias de la muerte, en vez de ser una salida económica visual, resulta ser una fino detalle que nos involucra más en la trama. Pero no hay que olvidar los elogios para el impresionante trabajo de fotografía por parte de  Eduardo Serra, con el uso de escenarios naturales que amplifican la soledad y desesperación que sienten Harry y sus amigos.

Es cierto que la película sufre de un desenlace no tan satisfactorio como uno quisiera. Es por eso que no logras estar del todo satisfecho y hasta la audiencia en el cine se queda perpleja cuando la pantalla se torna oscura. Lo cierto es que se logra crear una anticipación por el desenlace que impacientemente muchos de nosotros quisiéramos de inmediato.

Después de seis películas a cuestas, es una lástima que hasta el final me importe lo que les sucede a este mundo mágico. No quiero decir que no me haya agradado lo anterior, tienen sus momentos, pero no con tanto impacto como lo ha hecho está cinta. Tanto que hasta un elfo los puede hacer llorar.

Crítica: Actividad Paranormal 2

Ver está película me recuerda cuando voy al supermercado y encuentro productos pésimos con el gancho de ofrecer 50% más de contenido. Por supuesto que habrá quienes opinen lo contrario y les será grato obtener más valor por su dinero.

Volvemos a los mismos trucos baratos de la primera parte, pero en mayor cantidad en todos los aspectos: desde actores, golpes, cámaras, dimensión de la casa, hasta mascotas y personaje étnico incluido. Todos estos elementos se ingresan a una licuadora y equivalen a ver una decena de videos de You Tube al mismo tiempo durante poco más de una hora. Es por eso que los creadores se dieron cuenta de la monotonía que implica el asunto , así que para que no  esperemos más de lo necesario decidieron agregar más cámaras y por lo tanto más escenas cortas de hechos inexplicables que admirar.

Como un hibrido de precuela y secuela a la vez, está segunda parte justifica su existencia al intentar darnos una explicación a los fenómenos paranormales que padecieron Micah y Katie. Esto ayuda mucho en mantenernos atentos a los sucesos porque ahora ya no existe el truco de hacernos creer que estamos viendo una grabación real, aunque se esfuercen en hacernos creer lo contrario. Mucho menos el uso de la cámara portátil al estilo Blair Witch que se esta volviendo más en escusa para elaborar filmes de bajo presupuesto.

Para aquellos sensibles a los spoilers, por favor no lean lo siguiente. De nuevo tenemos a una nueva pareja de recién casados siendo aterrorizados por el «SEPA QUE». Fin del spoilers.

Como ya se ha vuelto costumbre,  en las películas de terror también tenemos a todos los personajes actuando como estúpidos ante los fenómenos extraños y aquellos que sí creen son ignorados,  así que es requerida la asistencia de la extranjera (que como siempre nadie le cree tampoco al principio) para aclarar las obviedades. Todo lo anterior demuestra lo reciclado que resulta el filme, al que sólo por ser filmado de diferente forma a la convencional reclama nuestra asistencia en el cine.

Aquellos fans de la primera parte les va agradar los sustos que les pueda provocar » EL SEPA QUE», porque en esta ocasión se manifiesta con más intensidad y con mayor cantidad de momentos que de seguro uno que otro brincará del asiento. Si es que al final se aburren con la brincadera de la cámara y las escenas borrosas en la oscuridad, es entendible porque ese truco ya lo hemos visto y con mucho mejor efecto.

En el aspecto de relatar una historia es mejor que la original, pero recae demasiado en los mismos trucos de esperar a que algo suceda que se vuelve repetitivo y monótono para que me importe lo que les sucede a las tontas víctimas.