enero 2011

Crítica: Splice

Imagen de DREN en la película Splice

No había visto un considerable de despliegue de publicidad en el «Metro» de la Ciudad de México para una cinta que ya fue estrenada hace varios meses en su país de origen. Para hacer más interesante la propuesta, se nos hace mención de que la obra es de los productores de «Transformers» y «El Laberinto del Fauno». Con esas referencias al menos en diferentes ocasiones vi a personas observando el cartel considerando seriamente ver la cinta.

Lo que llama la atención es el diseño de «DREN», una especia de híbrido entre humano y una decena de animales que provocan confusión al momento en que exhibe características fuera de lo normal. Para lograr tal fenómeno tenemos a una joven pareja de científicos hambrientos de llevar la genética a niveles más allá de lo que la ética permite. Los actores Adrien Brody y Sarah Polley logran transmitirnos la incesante ansiedad de descubrir una nueva forma de vida más allá de lo imaginable, lo que al mismo tiempo provoca que estemos atentos ante cualquier movimiento que realice este nuevo ser. Es esto último lo que nos debe de mantenernos atentos la mayor parte del tiempo, porque no existen escenas de acción que despejen el aburrimiento Es una simple historia de dos científicos que se deben de enfrentar a lo desconocido.

Es gratificante la  mesura con la que se utilizan los efectos especiales en «DREN». El talento artístico se ve reflejado en la simpatía que nos refleja el personaje y a la mismo tiempo el peligro que representa al no poder tener control de una criatura que evoluciona a cada minuto. En lo personal fue esto último lo que me mantenía entretenido, porque con cada gesto o sonido no sabía que esperar,  después de todo era evidente que tenía sentimientos  y en cada momento por más injusto que pareciera  eran poco a poco suprimidos por la necesidad de mantener en secreto su existencia.

En otro tiempo las  necesidades sexuales no hubieran sido planteadas, pero aquí se vuelven un tema principal que para acierto de la producción crean un conflicto entre los personajes. Quizás los momentos no son tan sutiles tomando en cuenta que después de todo DREN no es del todo humano, pero son ambos científicos los que me hacen dudar de lo poco que se necesita para cruzar el umbral de la moral.

Conforme pasaban los minutos era evidente que todo iba a terminar en violencia y para mi es el clímax el que determinaba el valor de esta producción por la capacidad que tuvo al captar mi atención. Pero fuero los últimos diez minutos que al igual que DREN parece que son otras personas las que están al mando. Al director Vincenzo Natali es como si le hubiera sonado la alarma y de repente tenía que terminar todo de un carpetazo. Dos personajes aparecen como requisito obligado para la carnicería, llegando a una conclusión que grita secuela.  Toda la aparente mesura y técnica que se había empleado se deja a un lado en un  final que deja mucho que desear a lo fluir con el misma tonalidad que el resto de la trama.  Como ejemplo tengo el desenlace de «La Mosca»  que fiel a su estilo de contar la historia termina en una impactante tragedia acorde a lo que se venía planteando y se siente natural, no como una imposición a una escena obligada de acción.

Trailer Gigantes de Acero

Hugh Jackman protagonista de Gigantes de Acero

Esta película esta entre las de veremos. Si somos sinceros, al parecer no hay mucho que ver. Es una versión de «Transformers» en miniatura, pero sin las supuestas personalidades que las películas nos ha podido explotar al máximo. Es por eso que deben de ser los actores de carne y hueso lo suficientemente interesantes para que nos importe y por lo tanto tenemos a Hugh Jackman para llamar la atención del público adolescente.

Pero que genero será el que intenten explotar. ¿Acaso drama? Imaginense estar observando Evangeline Lilly tratando de llorar de nuevo, si no pudo con Lost, ¿no se supone que iba a dejar de actuar?

No puedo negar que los efectos especiales se ven de primera. La iluminación en las escenas es excelente y si esto es apenas el trailer me imagino que en la gran pantalla se verán en toda su gloria. Si acaso se justifica lo anterior por tener involucrados en el proyecto a los productores Steven Spielberg y Robert Zemeckis. Es el director el que no me causa tanta confianza, al contrario no se que hizo para merecerse este proyecto, acaso no había alguien mejor. Shawn Levy es quien lleva las riendas y su currículum incluye » La Pantera Rosa», «Una Noche en el Museo» y la última fue «Una Noche Fuera de Serie» , es por eso que digo que esta en veremos.

Existe una mezcla de talento algo prometedora para hacer de «Gigantes de Acero» una adecuada propuesta para este año y es quizá que con las primeras impresiones de quienes se sientan afortunados de verla, puede que sea la sorpresa del año.

Crítica: Los Viajes de Gulliver

Jack Black protagonista de Los Viajes de Gulliver

Tomarse muy en serio la película implica no divertirse y lamentarse de haber pagado por irla a ver al cine. Entonces es recomendable entender que es otro producto más de Hollywood que sólo busca satisfacer a la audiencia en esta temporada invernal con una comedia estela rizada por Jack Black.

Los promocionales son interesantes al ver como el mundo de Lilliput es transformado súbitamente por un Gulliver (Jack Black) seriamente contaminado por la mercadotecnia. Es en esos momentos en donde me divertí viendo versiones seriamente alteradas de clásicos del cine y hasta  una pequeña versión de Time Square que se ve en los pósters. No será interpretación «hardcore» de Black, pero al menos te mantiene entretenido con una versión infantil de su estilo de comedia. Si están de acuerdo en la forma nada ortodoxa en que se apaga un incendio en el palacio real, lo demás les será de su agrado.

La película no trasciende por estar encasillada en un sólo chiste que para mitad de la película tiene que recurrir al  resto del elenco para entretenernos, pero estos últimos actúan como si sus neuronas fueran tóxicas para su cerebro. Entiendo que este requisito era necesario para soportar las locuras de Gulliver, pero en vez de ocasionar gracia mejor decides observar los alrededores de tu asiento haber que te encuentras. También entiendo que no pueden rellenar todas las escenas con la estrella, pero en serio que se vuelve un pesar andar escuchando los diálogos entre la realeza, luego tener que soportar  al villano y para rematar a su quejumbroso amigo.

La trama no da para mucho al grado que se sabotea con un desenlace tipo Power Rangers. Si en un principio se podía evitar las invasiones del vecino país construyendo una chatarra gigante, para que tanto show al momento en que envían una flota de barcos. Ni que hablar con el tratado de paz. ¿Tanto para eso?

Hacia tiempo que no había visto deficiencias en el departamento de efectos especiales. Ya ni «Skyline» padeció de la distracción que es ver creaciones digitales sobrevolando las cabezas de nuestros protagonistas sin credibilidad alguna. Aquí cada escena que involucra a los nativos con el gigante se puede ver la sobre exposición de escenas que no fluyen con naturalidad.

En teoría uno podría pensar que Jack Black es garantía de risas, pero si no estas de acuerdo con su estilo mejor ni te acerques. Ahora si que es muy infantil para ser tomada en serio la película, es mejor que la vean los peques porque cada minuto que pasa te hace dudar de tus motivos para permanecer observando la cinta.

Sólo por curiosidad y si no hay nada mejor. Que lo dudo

Crítica Monstruos: Zona Infectada

Tratándose de extraterrestres inmediatamente se nos viene a la mente el despliegue de grandes efectos especiales para mostrarnos sus capacidades destructivas sobre nuestro planeta. Antes cuando las computadoras no tenían tanta capacidad para maravillar nuestros ojos, eran las caracterizaciones lo que vendían o ya de plano los actores de renombre. Es así como «Monsters» vuelve a los básicos al parecer por convicción y no como una consecuencia del bajo presupuesto de la producción. Que por cierto fue de menos de medio millón de dólares.

Los que se dejen llevar por el título de la cinta saldrán decepcionados. Es más como una aventura vacacional de dos jóvenes intentando cruzar Latinoamérica para llegar a su hogar en Estados Unidos. El que exista fauna de otro mundo en el trayecto es como un aderezo porque la mayoría del tiempo es andar conociendo los conflictos amorosos de Samantha (Whitney Able) y la inseguridad de Andrew (Scoot McNairy).

Los actores hace bien su trabajo al mostrarnos sencillez en sus interpretaciones, el cual se explica considerando que nunca existieron diálogos establecidos. Todo  fue al estilo «Chespirito» donde nada más habían acciones a desarrollarse y haber como le hacen. Mi reconocimiento a Whitney Able que se sale del esteriotipo de chica güera boba y mejor le pasa la estafeta a Scoot que a momentos con sus gritos constantes de desconcierto me estaban empezando a fastidiar.

Quizás para los que no conocen los escenarios selváticos de Centroamérica, les resultara novedoso ver los estilos de vida de personas humildes sin miedo a reflejar una sonrisa en su rostro. Es por eso que existe una mayor apreciación de los críticos extranjeros a la cinta, aún cuando tiene un error «garrafal» con  una pirámide en la frontera norte de México. El cual se explica al tener material de diez horas obtenido por una cámara portátil y haciendo todo lo posible para que se arme el rompecabezas con el fin de lograr coherencia de una simple historia.

Ya en los últimos minutos me sentía impaciente por conocer a estas extrañas creaturas, que para mi sorpresa tenía un método interesante para habitar en el planeta. El director Gareth Edwards logra crear una atmosfera muy efectiva de suspenso en todas las escenas, aunque  a momentos puede ser excesivo, tanto que se vuelve en un continuo ambiente de desolación con todos los detalles de destrucción que ello incluye, desde: letreros, coches, edificios, casas, bardas gigantes; que por fortuna no alcanza niveles del filme «The Road». Pero no todo es visual y Gareth se vale de sonidos y ocasionales relatos sobre estos seres que nos ayudan a comprender el dilema de la raza humana ante la falta de adaptación con los invasores.

Son los últimos minutos donde en una combinación de suspenso y asombro lo que hacen trascender la producción en algo más que un tedioso viaje a través de la selva llena de monstruos. Es una maravilla ver algo más que enanos verdes bajo un haz de luz, en verdad es algo fuera de este mundo que logra expresar emociones tan básicas que conmueve. Para rematar la resolución de los personajes principales te deja impactado y con una ambivalencia hacia el verdadero significado de lo que es un «monstruo».

Más allá de querer ver una alegoría del tema migratorio, es una sencilla película que sigue todos los puntos establecidos del género con una lentitud que algunos no soportarán, pero que sobresale gracias a un asombroso clímax.