Tenía mis dudas de que Kung Fu Panda fuera capaz de lograr una secuela y como algunos se habrán dado cuenta, si es que la han visto, resultó ser más que satisfactoria. Ahora llega el turno para los maestros de la animación y resulta ser un producto digno de estreno en DVD. ¿Se acuerdan de todas esas secuelas: Aladino, La Sirenita, El Rey León? Pues, es así como Cars 2 debió de haber terminado y no en una sala de cine.
En lo personal, la primera parte fue aceptable porque tenía cierto carisma y sobre todo una moraleja que sobresale en los últimos momentos cuando Rayo McQueen abandona la carrera para otorgar un último gran triunfo a un veterano competidor. Por supuesto que los niños se dedicaron más ha admirar un carro de carreras que habla y sobre todo su incesante ¡Cachao! que le permite tener una personalidad cautivante , que para desgracia de los adultos resultó contraproducente al tener que adquirir cualquier producto que contenga su imagen. Es así como la compañía que promueve más su convicción a contar historias se vio obligada a elaborar una secuela por el simple hecho de ser un éxito de ventas en mercancía.
No existe motivo alguno para haber realizado la secuela y el mismo John Lasseter lo sabe. La inspiración de un pueblo en medio de una carrera abandonada queda atrás, los personajes pueblerinos son relegados a cameos, no expande el personaje de Rayo McQueen, entonces recurren a Tow Mate de quien explotaron con sus aventuras en «»Cars toons»» y al parecer no fue suficiente, y si apenas lo soportaron con la chillante voz del actor mexicano Cesar Bono, ahora se vuelve literalmente insoportable. Todavía se sabotean descartando a Doc Hudson, quien fue la voz de sensatez en la versión original. Las carreras son relegadas a simples aventuras «chespiritescas» de Tow Mate al convertirse en un espía. En verdad no me gusto esta película
Que importa lo que yo opine, a los niños les encantara y lo que he descrito no tiene importancia para ellos. Les divertirá que hayan tantos carros por metro cuadrado abarcando la gran pantalla, de todos los colores, explosiones, accidentes, choques, carros mutantes que vuelan, se convierten en submarinos, se disfrazan con hologramas. No importa que no tenga sentido, esto es diversión para ellos y eso es lo que me causa tristeza. Los adultos irán a ver la película y me dirán que estuvo entretenida, otros que fue mucho mejor que la primera parte, a ellos les quiero preguntar ¿Cuál fue el mensaje o moraleja? Entonces me responderán que no todo tiene que tener motivo alguno, es entretenimiento y punto. Ese es precisamente mi problema con Cars 2, es una colección de momentos que pretenden emocionar, pero que cuando finalizan resultan vacíos porque no existe nada de importancia que trascienda en la vida de estos automotores. Todo momento que pudiera transmitir algo de esa magia PIXAR es destruido y descartado en segundos: cuando McQueen ve la importancia de su amigo parece que ya no hay tiempo y en breves líneas le dice que lo siente, el mensaje en pro de la ecología con el biocombustible es una escusa para escenas de acción y no como concientización de fuentes de energía no contaminantes, el Grand Prix mundial de carreras no tiene importancia alguna más que ver explotar otros autos.
Con tan pocas secuelas dentro del catálogo PIXAR, al menos esperaba cierta redención de lo que consideran ser el eslabón débil de la serie de exitosas películas que nos han maravillado. Este es el primer pecado y espero que el último.