noviembre 2011

Crítica: La Cosa del otro Mundo

Con el simple hecho de no haber creado un nuevo título para está precuela-reemake, se pueden dar cuenta como es el resto de la producción. Es decepcionante la falta de ambición por crear algo diferente a lo original, es un ejemplo de las sorprendentes habilidades de la «Cosa» llevados a niveles de creativos, limitándose a succionar la versión de John Carpenter para después vomitarla enfrente de nuestros ojos.

No siendo extraña a la constante duplicación, la creatura de otro mundo ha sido objeto de varias versiones que ha sobrevivido más de medio siglo. Primero como una historia de ciencia ficción llamada «Who Goes There?» escrita por John W. Campbell Jr. que dio paso a la película de 1951 creada por Howard Hawks como «La cosa de otro mundo», para luego tener la versión en 1982 por John Carpenter, quien la mayoría de los amantes de este género conocen, y ahora viene esto que dice llamarse una precuela de los fatales sucesos en la Estación 4.

Ustedes recordaran que en inicio de la película de 1982, una pareja de noruegos venía persiguiendo en helicóptero a un aparentemente inofensivo perro, que para su fortuna llega al campo estadounidense con el fin de hacer amigos con todo lo que encuentra. También recordaran que en un intento por conocer más a detalle la situación, el piloto interpretado por Kurt Russell terminó visitando el campamento de Noruega, donde vio algunas inexplicables «cosas» que sólo crearon más confusión y pánico. Pues está es la historia de aquellas primeras afortunadas víctimas a las que debemos agradecerles el hallazgo del siglo.

Mary Elizabeth Winstead interpreta a Kate, una versión diluida de Ellen Ripley (Sigourney Weaver) de las películas de Alien. Kate es una investigadora norteamericana que termina trabajando para los noruegos en su campamento, porque es necesaria su experiencia para excavar lo que parece el cuerpo de un extraterrestre sepultado en el hielo. Cuando la cosa rompe su congelada prisión y empieza a causar estragos, sabiamente toma un lanzallamas para defenderse de la criatura. La actriz hace un trabajo decente, lo suficiente, a pesar de los intentos del guión por hacerla inteligente, aún cuando todo el tiempo se la pasa con una cara de preocupación y meneando la cabeza en desaprobación de lo que el equipo esta apunto de hacer.

La película sigue el mismo camino que la versión de Carpenter, con la Cosa asimilando a los distintos miembros del equipo y dejando al espectador adivinar quién ha sido infectado. De nuevo tenemos a todos los personajes paranoicos de lo que ven sus ojos, maquinando sospechas de infectados donde no los hay y ni como olvidar los diálogos llenos de nombres desconocidos que salen constantemente del campamento para regresar a ser maltratados peor que cucarachas. Es una tristeza que el guión de Eric Heisserer sea tan mediocre al reservarse algunos minutos al inicio y al final como auténticos brillos de originalidad de lo que se puede considera un plagio. Me hubiera gustado que jugara con el concepto de lo que conocemos: como ver una versión infectada desde el inicio engañando a todos, algún intento del extraterrestre por comunicarse y conocer más sus intenciones o explorar la nave espacial; tenían material con que trabajar, pero lo se negaron a los posibilidades.

Desde hace más de una década, el uso de la computadora ha facilitado la creación de efectos especiales. Mientras que Carpenter y Bottin fueron reverenciados como pioneros en aquellos tiempos por el uso de efectos tradicionales, como la cabeza de araña, la gigantesca boca de dientes afilados y ni se diga del engendro que resulta ser la Cosa. Hoy el director Matthijs van Heijningen Jr. recurre a la sencillez del CGI como el mayor atractivo que tiene la película, siendo el equipo de técnicos visuales los que más riesgo y libertad se tomaron en idear nuevos conceptos, aunque no fueran de todo exitoso al tener una definición deficiente parecida a los videojuegos y con creación salidas de «Resident Evil» y con algunos recuerdos de los «Flood» de «Halo» con todo y las manos saltarinas que corren por los pasillos. El problema es que no es el mismo terror de antes, se ven artificiales y hasta ridículos. Eso no quiere decir que no haya momentos de impacto, muchos de los cuales se los deben de agradecer a la fórmula original, sólo que son escasos y sin la intensidad esperada.

Disculpen si compare demasiado ambas versiones de «La Cosa», sólo que es imposible ante lo que se puede llamar una «recuela». No dudo que las intenciones hayan sido positivas y ante todo es una película decente, nada más que no lo suficiente para valer por si misma, hasta cierto punto es una decepción.

Crítica: Gato con Botas

Gato con Botas

Después de Shrek y el Burro, sigue el Gato.

Con tantas secuelas del ogro que exprimieron los bolsillos de la gente, fue prácticamente imposible que por fin el Gato con Botas tenga su merecido rol protagónico en su propia película. Se podría decir que era inevitable pasar desapercibido el éxito que ha tenido el personaje interpretado con la voz de Antonio Banderas.

El reto de los guionistas Brian Lynch, David H. Steinberg, Jon Zack, y Tom Wheeler, fue hacerle justicia a la simpatía que tiene el gato, no sólo con un estupendo trabajo de animación en 3-D, si no con una historia capaz de sostener la atención del público. Sin ser un guión fuera de este mundo, pero si con audacia para enfocarse en las cualidades positivas del felino, es como hacen que la película no sea otra del montón de estrenos. Desde el principio se nos da un ejemplo del carisma que tiene el Gato con botas con  un monólogo sobre su gran legado y quien lo culpa, si es por su capacidad de ser un presumido «Don Juan» lo que lo hace tener fanáticos.

Sin romperse mucho la cabeza, la historia es una mescolanza de elementos de cuentos clásicos que involucra frijoles mágicos, huevos de oro y hasta un romance con Kitty Patitas Suaves. Así es que tenemos una fórmula muy parecida a la de “Shrek”, con personajes extraídos de otras fábulas conviviendo en una versión barata de alguna villa española. La diferencia, está en que es divertida por tener la figura central un carisma que traspasa las limitaciones de su voz, además de contar con un humor para padres e hijos, también los escritores evitan sabiamente cualquier tipo de referencias a la cultura pop que tanto hundieron a la saga del ogro en sus últimas cintas. En cambio, el humor es impulsado por las interacciones de los personajes, con algunos de los mejores chistes que viene simplemente del hecho de que estamos tratando con gatos. Aún desconozco porque no existe algún comercial de Whiskas que se aproveche de la oportunidad.

Estoy sorprendido de la mesurada actuación de Salma Hayek para interpretar a Kitty, transmite seguridad y feminidad en lo que pudo ser otro derroche de sensualidad al extremo que tanto la caracteriza. Eso no es nada malo, pero en ocasiones se pasa y llega a verse extremadamente empalagosa. Otro punto a favor es la familiaridad que existe entre ella y Balderas que ayuda demasiado al momento de intercambiar diálogos que en otras bocas no harían taparnos los oídos de tan falsos que se escucharían.

No hay que olvidar al rechazo de los «Huevocartoons» llamado Humpty Alexander Dumpty, quien tiene un pasado en común con el Gato y es el cerebro de la operación para robar los frijoles mágicos que están en poder de los malandros Jack y Jill (nada que ver con Adam Sandler). No será fuente de muchas risas, pero si el culpable de ser quien haga que la trama funcione, (hasta con su ridículo final que involucra una terrible bestia azotando el pueblo de San Ricardo) además de tener un complicado pasado que requiere de varias sesiones de terapia con el psicólogo.

Después de todo la precuela funciona cuando se enfoca en el felino. La trama no es muy imaginativa, a veces los villanos son molestos y tiene un final visible desde el varias decenas de minutos atrás. Pero cuando el Gato está en el centro de atención, no deja de ser entretenido el pequeño chupacabras.

Los Muppets, al rescate del cine familiar

Los Muppets la pelicula

Hayas o no crecido con los Muppets, creados por el fallecido Jim Hemson allá por el año de 1955, es prácticamente imposible no conocerlos o sentir empatia hacia los mismos, y esto se debe, primordialmente, a que es imposible no pasar un rato divertido con las aventuras de la rana Kermit, aquí en México fue llamada Rene, Miss Peggy, o compañía. Inclusive pareciera difícil de imaginarse un mundo sin Muppets, ya sea en programas meramente infantiles, cómo lo es Plaza sésamo, o meramente de entretenimiento cómo lo era El show de los Muppets, estrenado allá por el año de 1974, y el cual, de echo, es el eje central de la ultima película de las divertidas marionetas.

El término Muppet es en realidad el resultado de la conjugación de las palabras “Puppet” y “Marionette”, en ingles, y de las cuales Hemson, al oírlas combinadas, le agradado en demasía y decidió por tanto, adoptar la tan famosa palabra que sería conocida alrededor del mundo por niños y adultos y que marcaría a más de una generación. Y es que el fenómeno Muppet no solo llego a la televisión, sino que además fue llevado al cine, en `Los Muppets: La película’ (1979, James Frawley) y posteriormente, debido al éxito de esta misma, diversas secuelas fueron adaptadas cinematográficamente, logrando un éxito interesante, además de llevar a nuestros queridos personajes a públicos de todo el mundo. Sin embargo cómo suele pasar con casi todo evento cultural o generacional, llega el punto en que es olvidado.

Afortunadamente hubo personas, Jason Siegel, entre otros, que no se dieron por vencidos y lograron mantener con vida a las marionetas, y lo mejor de todo, darlas a conocer para nuevos públicos, en especial, el actual, mismo que pareciera estar perdido sin brújula alguna. `Los Muppets’ representa el regreso a la pantalla grande, luego de doce años desde su ultima incursión al cine, de los Muppets, y lo hacen a lo grande, épico sería, mejor dicho, la palabra más adecuada, habiendo visto lo que vi. Y es que hacia mucho tiempo que no me divertía, reía y me emocionaba tanto en una sala de cine, hacia tanto tiempo que una película familiar y con un humor tan inteligente y sano, palabra, esta ultima, que pareciera no existir más en la comedia actual,  no me sacaba una sonrisa y satisfacción al terminar dicho espectáculo. Y es que es en realidad un espectáculo.

La historia gira en torno a un nuevo personaje, un Muppet, llamado Walter, el cual es el hermano menor de Gary (Siegel), y desde pequeño, cuando descubrió por televisión El show de los Muppets, ha sido su máximo admirador y ha deseado, con mucho esmero, conocer a su máximo ídolo, me refiero a La rana Kermik. Cuando por fin le llega la oportunidad a nuestro carismático protagonista, de viajar al Teatro de los Muppets, y ver el tan famoso Show, la sorpresa es terrible: el teatro esta clausurado, y lo que es peor, esta a punto de ser demolido por el villano de turno, un divertido Chris Cooper, el cual planea extraer yacimientos de petróleo debajo del dichoso teatro. Sin embargo hay una ultima esperanza, si por azares del destino se logra recolectar la cifra de diez millones de dólares, el teatro puede ser salvado, pero para lograr esto, Walter, en compañía de Gary, y la novia de éste mismo, me refiero a Mary, interpretada por Amy adams, deberán reunir a todo el equipo Muppet que se encuentra ahora disperso por todo el mundo y dar un ultimo show.

Lo realmente divertido aquí, dejando de un lado la trama, la cual se nos es revelada en un momento chusco muy inteligente, son los Muppets mismos, ellos son los dueños absolutos de la película, nadie más. Cada uno esta dotado de tal carisma y personalidad que hacen que los amemos y disfrutes junto a ellos sus peripecias. Por el contrario, los humanos, quedan sobrando, siendo, desafortunadamente, lo más flojo de la película, aunque, por fortuna nuestra, no es tan grave, pues Kermit, Peggy, Fozzie, Gonzo, Animal y demás personajes salvan cada escena en que salen. Y que decir del tramo final, el magnifico Show. Un deleite visual y argumentativo que hace olvidar los tropiezos que la película pudo tener y nos lleva a un viaje increíble, inolvidable, irrepetible. Nunca creí que diría esto, pero aquí el cuerpo técnico, me refiero tanto al director cómo guionistas, fotógrafo, no importan tanto, la verdadera estrella, o mejor dicho estrellas, tienen luz propia y todos sabemos quienes son.

Para finalizar he de recomendarles esta muy divertida película familiar, apta para todo público, y que reunirá a familias enteras en pro de una comedia sencilla y muy inteligente, haciendo ver a películas autonombradas cómicas, cómo un mal chiste. Mención aparte merecen todos los cameos que se presentaran a lo largo de la película, de lujo. ¿Y los números musicales? Bien logrados, fluidos y conmovedores, aunque sin ellos, la película sería igual de importante y cómica. Una opción en cartelera que vale mucho la pena y que no lamentaran. Sean o no seguidores de los Muppets, pasaran un rato igual de divertido en su butaca. Jim Hemson, donde quiera que éste, ha de estar muy, muy feliz. Hay Muppets para rato. Y eso, es ya un logro.

Crítica: Happy Feet – El Pingüino 2

El escritor-director-productor australiano George Miller, quien nos ha ofrecido las películas de Mad Max y Babe, ha ganado su único Oscar gracias a pingüinos que cantan y bailan en la Antártida. Después de cinco años regresa con una secuela que se ve y suena como su predecesora, pero sin la emoción y el sentimiento que le permitió ser una de las mejores películas de 2006.

La vida de las aves no ha cambiado mucho desde que Mumble regreso de su aventura con los alienígenas humanos, hasta a empeorado con la presencia de un témpano de hielo gigantesco que atrapa a toda la colonia pingüina. Por eso nuestro héroe se la pasa todo el tiempo corriendo de un lado para otro buscando ayuda para la gran catástrofe, al mismo tiempo que soluciona sus problemas de educación paternal con su pequeño hijo Erik que tiene complejos psicológicos muy familiares. En el camino, nos volvemos a encontrar al club de «Los Amigos», Amoroso y para complicar el asunto tenemos a un ave con pico de tucán llamado Sven que cumple su cometido de crear conflictos a su alrededor, pero nada de trascendencia.

Como en toda secuela, se tiene que recurrir a nuevos personajes para facilitar crear una historia. El problema es que con excepción de un par de krill que realizan su propia aventura existencial, no existe mucho que sea de nuestro interés, los personajes se vuelve excusas para lograr objetivos que nos permitan avanzar a la siguiente escena. En este caso, ni el uso de personajes famosos (Elijah Wood, Matt Demon, Brad Pitt, Robin Williams, Sofía Vergara, Pink) pueden llamar la atención, al ser los diálogos interpretados por actores de doblaje en los países de la lengua castellana. Aún con el tema principal del daño ecológico que los humanos le están haciendo al mundo antártico  al estarse derretirse las capas de nieve, no existe la diversidad de situaciones personales que fueron vitales para involucrarnos anteriormente. Todo es una gran misión en donde el aprendizaje se reduce a buscar aliados para salir de la situación y hasta el conflicto entre Mumble y Erik se resuelve por si mismo con el paso del tiempo, nada que ver con la complejidad de la primera parte en donde hasta el protagonista se estaba volviendo loco por la situación en que se encontraba y que parecía imposible de solucionar. Lo peor es que la trama no fluye con naturalidad, se siente «destartalada» (desajustada), como si fueran varios segmentos y no hay mejor ejemplo que el par de krills, que aún siendo interesantes, se la pasan al margen de los personajes principales.

Siguen presentes las coreografías y música tan característica de los pingüinos, sólo que no existe la conexión personal en las canciones para involucrarnos. Son grandes números con miles de pixeles cantando covers famosos mientras la cámara hace un recorrido panorámico una y otra vez en la diversa blancura que fue tan difícil de animar por computadora. Extraño esos momentos majestuosos que nos demostraban la grandeza de la tundra mientras Mumble emprendía valientemente su aventura o la magia entre los números musicales que dictaban sentimientos de amor. Entiendo que Miller quiso hacer algo diferente, pero al lograrlo omite las características que hicieron a «Happy Feet» especial, ni que decir de las ausencias como los padres de Mumble, las conversaciones de «Los Amigos» y hasta diluyeron Amoroso en asistente de Sven.

La película vale la pena como el producto que esperaba ver hace cinco años y que por tristeza hoy se ve reflejado en esta secuela: es entretenida, divertida para los niños, con secuencias llamativas y con una trama sin complicaciones. En pocas palabras, nada de otro mundo.

Trailer de `In the Land of Blood and Honey’

Goran-Kostic In the Land of Blood

Quizás les pueda parecer raro, o confuso, ver el nombre de la guionista y directora de esta película, y que no actúe en la misma. Cómo bien sabrán la talentosa Angelina Jolie ha decidido dar el salto hacia la dirección, dejando, por el momento, de lado, su carrera cómo actriz. Y lo que ha decidido llevar a la pantalla grande no es algo sencillo, al menos viendo la sinopsis y el trailer que lleva unos cuantos días en circulación. La guerra de los Balcanes, y su impacto con la sociedad y los riesgos sociopolíticos, que esto conlleva, parecería una labor muy complicada, al menos para alguien que no ha dirigida nada con anterioridad. Ya veremos.

La película nos cuenta la vida de Danijel  y Ajla, interpretados por los desconocidos, al menos en éste lado del mundo, Goran Kosti y Zana Marjanovi, respectivamente. Quienes por azares del destino, tan divertido cómo siempre, los hace reencontrarse, luego de que pudieron enamorarse uno del otro, en una situación bélica muy complicada. El es un soldado que lucha por los serbios, ella, irónicamente, es una prisionera en un campo de concentración bosnio. Ahora, juntos nuevamente, deberán lidiar con esta horrible y terrible situación que compete a ambos. Un grito de demanda politica y social hacia con el mundo en que vivimos y hacia a donde vamos.

A los protagonistas principales les secundan Rade Šerbedžija, Vanesa Glodjo y Nikola Djuricko, entre otros. Cabe destacar que la película estará hablada completamente en el idioma nativo de los personajes, al igual que el ingles, ya saben, para facilitar su comercialización, aunque siendo Jolie la directora, y Brad Pitt su esposo, no creo que eso sea un problema. La película llegara a los cines norteamericanos el próximo 23 de Diciembre. En México aún no hay fecha de estreno.

Crítica: Saga Crepúsculo – Amanecer, parte 1

La vida amorosa de Isabella «Bella» Swan no ha sido perfecta: se enamora de un vampiro, un lobo la desea y para colmo el final feliz de cuento de hadas no llega después de la boda. ¿Quién escribió esto?

Hemos esperado tres películas para llegar a un acuerdo que permita «satisfacer» (énfasis en satisfacer) las necesidades espirituales y físicas del dúo dinámico, por supuesto que olvidando al lobo y al despistado papá de Bella haciendo comentarios graciosos con los birretes de graduación. Después de una continua serie de escenas que demuestran  que no estaban bromeando al invitarnos cordialmente a la boda, porque hasta nos dieron pases VIP sin acceso restringido para ver los emocionantes preparativos y la constante introducción de personajes ignorados; es que por fin la pareja llega al altar de ensueño.

Siendo el final de la saga, es de esperarse cierta mejoría respecto a las películas anteriores, pero ya no es posible salvar lo que tres películas se encargaron de definir como un producto destinado sólo para los fanáticos. Este es el cuarto director que toma las riendas  y ninguno ha sido capaz de mejorar el material de Stephenie Meyer, entonces ya no tiene sentido pedirle peras al olmo, es lo que es y punto. El nuevo valiente en turno es Bill Condon, quien hace el mayor trabajo posible por ofrecernos bellas tomas de la boda del año, dándonos una perspectiva diferente a lo que un novato con IPhone es capaz de hacer y sobre todo algo digno de reconocer, es que les otorga a los protagonistas momentos agradables que nos permiten simpatizar con su abundante felicidad.  La primera mitad está dedicada a la inseguridad de Bella (Kristen Stewart) en su transición de adolescente con ganas, a esposa desesperada, y claro que se vuelve emotivo para el público femenino notar la forma en que la actriz interpreta esos momentos íntimos en el que toda adolescente sueña, es aquí donde se nota que al dividir la novela en dos partes permite que los personajes actúen más relajados de lo normal (aunque no dura mucho) y dando espacio a los detalles que no estaban presentes en otras cintas. Claro que para otros, todo el asunto de la boda y la luna de miel resultan letárgicos

Aún están presentes los interminables diálogos en donde nos explican las complicaciones de su amor imposible y Jacob (Taylor Lautner) no tarda ni cinco minutos cuando su camisa sale volando por los aires para salir huyendo, y luego regresa para ver a Bella después de la boda para volver a salir huyendo, y luego la ve después de la luna de miel para salir huyendo. Todo muy interesante.  Pero lo peor es la  incapacidad del director por manejar los elementos fantásticos de la trama , es un desastre que para mi beneficio fue causa de risas:  desde escenas de amor rompe camas, nativos brasileños, lobos hablando como si fuera una caricatura de Disney, Bella chupando un vaso de sangre con popote, vampiros practicando cesáreas y conversiones con mordiscos por todo el cuerpo. De por si que es difícil tomar en serio la trama, para salir con esto. Nunca pensé que esto se iba a convertir una auto-parodia al estilo de Una Loca Película de Vampiros .

Esta vez reconozco que la actriz Kristen Stewart me ha sorprendido, ya no es tan fastidiosa como antes. Todo su drama anti-aborto no fue tan sofocante como su drama pro-sexo y ahora estoy más interesado en su próxima película que se estrena el próximo verano. Me agrada más la actitud decisiva que ahora tiene el personaje al saber lo que quiere y no el calabozo de depresión al que nos tenía acostumbrados y aunque existe un poco de lo anterior con sus sueños eróticos brasileños, al menos se mantiene al mínimo. Lo mismo no puedo decir de su compañero de reparto Robert Pattinson que sigue igual que un témpano de hielo hasta que se entera de que va ser padre y eso me recuerda otra de esas cómicas escenas en donde organiza el equipaje con su hipervelocidad vampira porque el «pequeño imposible demonio» que Bella lleva dentro la está consumiendo como garrapata hambrienta. Luego tenemos a Taylor Lautner, con un personaje tan errático como las mareas de mar en donde de un momento a otro quiere matar a Edward y en otro los está ayudando a salvar a su amada de su tribu canina. Es en estos momentos donde el actor debe de sobresalir cuando una de las tres partes del libro esta dedicada a él, pero lo desperdicia con sus gestos de desprecio por espinacas que sólo un niño es capaz de hacer, entiendo que no existe mucho que el pueda hacer al constantemente huir en las escenas y creo que no se da cuenta que después de esta serie sus posibilidades de empleo no son prometedoras.

Ante la falta de un villano, es tiempo de recurrir de nuevo a la tribu de los lobos en un intento por hacer emocionante un conflicto que se supone debió de haber sido resuelto con un tratado al quien nadie le hace caso. En pocas palabras, la mitología de los Quileute es un «desmadre» de entender porque no se le dedico el tiempo necesario en otras películas para que la trama de Jacob tenga algo de importancia. De repente nos llegan con luchas de poder, abandonos de hogar, tácticas de guerra y hasta el termino de  «imprimar» (que no suena del todo tan pervertido como parece). El resultado de tanto show termina en cinco minutos de efectos visuales que no llevan a ningún lado.

Al final todo termina en el inevitable destino de Bella, pero lo peor es que lo más emocionante ocurre después de los créditos con la amenaza de los Volturi, de quienes esperaba algo más que una breve aparición en un sueño.

Pues ya no hay mucho que decir, más que los libros resultan mucho mejor que las adaptaciones al cine. Quizás en algunos años más, alguien sea capaz de reproducir la saga con verdadera intención de ser una drama romántico con tintes de fantasía y no donde se muera uno de la risa.