julio 2013

Titanes del Pacífico, monstruosamente divertida

No hay que engañarnos. La nueva película de Guillermo del Toro nos regala un divertido rato frente a la gran pantalla que hasta perdura cuando salimos del cine, pero no es nada fuera de este mundo. Si nuestras positivas declaraciones han fruncido alguna ceja es porque esta película no es para todo el público. Se necesita tener compasión ante el gran nivel de fantasía, un poquito de memoria de aquellas mañanas sabatinas frente al televisor y perdonar la plaga de clichés tanto de monstruos como de humanos. Así, que no se sienten mal aquellos detractores por no comprender que es lo que nos tiene tan alegres.

Aún con todo el positivismo, una parte de mi se siente decepcionado que no ofrezca algo más que héroes con complejos trillados, más sin embargo estoy satisfecho con lo que propone porque en lo que se refiere al objetivo principal de luchas contra monstruos sobrepasa las expectativas. Titanes del Pacífico me ha recordado de una cualidad que creía perdida y es la provocar en la audiencia un auténtico sentimiento de diversión, pero no aquel momentáneo que deriva del impacto, explosión o visual, si no de uno muy único y que crees perdido: el de sentirse niño otra vez. Uno pensaría que cada película de fantasía contiene ese elemento y no por nada vamos al cine, pero hay que admitirlo, no todos lo logran.

Gipsy-Danger

Del Toro es uno de los pocos directores que sabe y a logrado cautivar a la audiencia con todo lo que el género de la fantasía nos puede ofrecer. Uno piensa que con tratarse de hadas de cuentos o seres míticos ya se cubre el requisito, pero se necesita talento para darle forma, peso, sentido, emoción; y eso es lo que precisamente hace de Titanes del Pacífico un mundo creíble en donde robots gigantes luchan en medio de la ciudad con monstruos dispuestos a destruir la humanidad. No importa que ha instantes tengamos una escena que raya en lo ridículo o los típicos complejos emocionales que hemos visto cientos de veces, el hombre logra traspasar esos inconvenientesn brindarnos  aquella tan prometida diversión.

Ahora, no todo es miel sobre hojuelas. No puedo defender lo indefendible. El libreto es de a tiro un reciclaje de clichés que aún cuando son reproducidos con decoro, aquel que no tenga amor a todo aquello del anime, monstruos gigantes o fantásticas aventuras sentirá un hueco en el cerebro por la falta de contenido. Este es un constante problema con los recientes estrenos, una fatiga en las mismas fórmulas de siempre que ya no están funcionando. Lo que esta salvando a las producciones son elementos únicos que sobrepasan el promedio, como lo es en este caso el trabajo del equipo de efectos visuales, la fotografía de Guillermo Navarro y el talento de Guillermo del Toro.

Monstruo

Es por eso que la cinta se siente que esta cojeando. Mientras que su fortaleza visual es innegable y a instantes establece nuevos parámetros de luchas entre gigantes, por el otro carece de autenticidad a la hora de cimentar los personajes como algo más que humanos salidos de una caricatura. Entiendo que no es el propósito tener un drama legitimo y esta más bien homenajeando estas historias ligadas al género. Eso me queda claro. Es sólo que si me hubiera gustado algo más que un piloto con ego de superestrella, la típica lucha por venganza, problemas entre padre e hijo. Todo lo que hemos visto cientos de veces. Ahora, tampoco es un desastre. Se ve que Guillermo del Toro no se detiene ante las flaquezas del libreto y brinda un toque especial a cada una de las escenas. Claramente se nota el sudor ‘geek’ en la pantalla. Si habría que darle gracias a que funcione esta película, sería prácticamente a él. Pero de nuevo ¿Por qué sabotearse cuando tienen el talento para ser algo más de común.

No será para premios, sin embargo tanto Stacker Mariscal (Idris Elba) con su frase heroica sobre el apocalipsis y la tremendamente llamativa Mako Mori (Rinko Kikuchi) con su difícil de entender acento, pero innegable carisma hacen de la película un rato agradable. Ambos actores son de mis preferidos lejos del supuesto héroe principal Raleigh Becket (Charlie Hunnam),que en lo personal no tuvo mucho de especial más allá del complejo de culpa que se adjudica al inicio de la película. Aún con el concepto de los pilotos que tienen que compartir memorias personales para mover los monstruos mecánicos, es Mako quien sobresale con su trágica historia y hasta le da ese aire de anime que no se creía posible traducir a la pantalla grande. Del par de científicos o el elemento cómico que brinda Hannibal Chau (Ron Perlman) la verdad ni me viene, ni me va. Son elementos que funcionan para agradar a la audiencia que si somos sinceros salen algo sobrando.

Rinko-y-Raleigh

Hay que destacar las horas de trabajo que debieron de haberse llevado para crear un mundo en donde los Jaeger se sientan tan reales como los monstruos destructores de ciudades. ¡Te la crees! No existe duda de que existan robots gigantes. Atrás quedaron los detalles que te despertaban de la ilusión declarando que todo el show es falso por la resolución de los pixeles o ese instante donde la imagen no tenía una fluidez tan natural como el resto de la acción. Las batallas en medio de las ciudades son gloriosas. Impensables en tiempos de Power Rangers con las anticuadas maquetas, o cualquier película chafa de Godzilla. Son un sueño hecho realidad para el ahora adolescente-adulto presenciar un espectáculo en medio de las calles de Hong Kong con dos seres del tamaño de un edificio. Luego están los detalles espolvoreados en pequeñas dosis para tener el máximo efecto. Sin haber leído entrevistas con Del Toro mencionando que se inspiro en la lucha libre , a uno inmediatamente se le viene a la mente las exageradas introducciones, posiciones de lucha insignia, hasta la venerada silla siendo reemplazada por un barco.

Si algo debo de criticar de las escenas de acción es que a instantes se vuelve confuso ver lo que sucede. No a niveles de Transformers con tanta chatarra voladora , porque aquí se tiene la decencia de enmarcar las peleas de tal forma que podamos ver lo que sucede y no valerse del movimiento de cámaras para emocionarnos. Es un pequeño detalle que no arruina la experiencia,  sólo como comentario al igual que el uso de estereotipos con los pilotos extranjeros. ¿En verdad Guillermo del Toro? Tú, un mexicano que ni lo pareces presentando los típicos acróbatas chinos junto con los punketos rusos. Pequeños detalles… pequeños detalles.

PACIFIC RIM

La recepción que tuvo la película en taquilla es proporcional al incompetente trabajo de mercadotecnia, tráilers regulares, agotamiento de la audiencia a este tipo de historias y prácticamente tres grandes estrenos que exprimieron nuestro dinero. No me extraña el que no haya sido un éxito rotundo, es más hasta considero que el dinero que recaudo fue más de lo esperado. El estudio cinematográfico apostó por el Hombre de Acero y dejó esta película a su suerte. Todo el apoyo se fue a querer relanzar el icónico héroe con resultados a la Batman, cuando se les olvido que tomó una secuela para cimentar su legado. De verdad se vieron demasiado hambrientos esta vez los de Warner Brothers. ¿Será porque ya no cuentan con Harry Potter para que los mantengan a flote?

Guillermo del Toro nos ha regalado la película del verano que cumple más el objetivo de divertir que cualquier otra secuela, superhéroe o película animada. No será del todo original en su libreto, que espero que se consigan alguien mejor para escribir lo que espero sea la próxima aventura. Lo que no queda duda es la capacidad que tuvo el director de crear un mundo que se creía imposible y sólo visto en la pantalla chica con un presupuesto raquítico o en anime que estimulaba nuestra imaginación. Si todavía tienen oportunidad, dense chance de ser niños otra vez y vayan a ver la película. ¡Por favor! Quiero una secuela.

El Llanero solitario, la peor película de Gore Verbinski

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Si bien nunca fui aficionado ni mucho menos un seguidor pasajero del famoso personaje americano del lejano oeste, si estaba muy consiente de su impacto en la cultura popular moderna, inclusive en nuestros días. Las aventuras del justiciero enmascarado que montaba a su fiel caballo Silver y que viajaba al lado de su compañero Tonto (nombre original en EUA) fue trasmitida por primera vez en 1933 como un programa de radio. Con el posterior paso de los años fue trasladada a la televisión, al cine y a las historietas. Un ícono americano que aún en estos días es de obligada referencia cuando se hable del western clásico. Setenta años después vuelve a tener una nueva adaptación fílmica y ahora va destinada a las nuevas generaciones. ¿El resultado? Terrible.

Gore Verbinski, para quien esto escribe, es un buen director de cine, competente y capaz; por ende ha entregado divertidas y entretenidas películas como Un ratoncito duro de roer, El Aro, Piratas del Caribe: La maldición del perla negra, Piratas del caribe: El cofre de la muerte y Rango; sin embargo, como todo cineasta, ha tenido uno que otro traspié, como la aburrida tercera parte de los piratas En el fin del mundo y recientemente El Llanero solitario. Desconozco si Verbinski no mostró interés en la filmación pero es que se nota a simple vista un trabajo frío, soso y terriblemente nulo, sin chispa alguna. Todo lo que le había funcionado en su carrera, el humor inteligente, aquí no funciona en lo absoluto, se siente fuera de lugar y en vez de ayudar a la fluidez de la narración la perjudica.

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No creo que Disney tenga la culpa en el proyecto, claramente se ve reflejado el costo de producción que emplearon y el aspecto técnico que rodea al filme es sencillamente espectacular, pero hay algo que nunca termina de convencer aquí: la historia y los personajes. La elección del casting no creo que haya sido desafortunada, creo que Armie Hammer lucia como una opción confiable lo mismo que el carismático Johnny Depp, los actores secundarios igualmente logran cumplir con su papel pese a estar caricaturizados y estereotipados a más no poder. Los principales problemas de esta película es el torpe guión que no ayuda en nada al desenvolvimiento de los personajes y una pésima edición que termina por quitarle emoción y profundidad a la historia.

La película comienza de forma acertada, hasta podría decirse que muy correcta: El año es 1933, como homenaje, y un pequeño niño disfrazo del famoso llanero solitario visita un pequeño museo de historia en una feria de la ciudad. La temática del museo es sobre el lejano oeste y es ahí donde conocemos al irreverente Tonto (en México le llamaron Toro) el cual es un Depp caracterizado como de mil años que comienza a contarle al pequeño niño sus aventuras hace muchos ayeres con el legendario héroe enmascarado. La idea hasta este momento es clara, por desgracia James Haygood (editor) y el propio Verbinski abusan de esta fórmula y terminan repitiéndola innecesariamente durante toda la película resultando increíblemente frustrante para el espectador. No solo interrumpe la narrativa lineal sino que además le quita la emoción que mínimamente acababa de producir. Si este relato de Depp solo hubiese ocurrido en las clásicas tres apariciones: Inicio, clímax y desenlace; la película pudo haber funcionado.

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Algo que me deja un sabor amargo también es el resultado nulo de todos los engranajes de la historia como tal pues no considero que sea una mala película, dista de serlo, creo que se le puede llamar una película sumamente fallida, lo cual es muy diferente. La producción luce impecable, la música de Hans Zimmer es hermosa, lo mismo que la fotografía de Bojan Bazelli pero en lo que respecta a dirección por parte de Verbinski, las cosas se tornan muy negras. La cinta trata de ser cómica, por ello Depp funciona adecuadamente, pero no conecta con el espectador, los chistes y el humor inteligente nunca se logran identificar y encima las típicas secuencias de acción del director lucen desganadas y sin ninguna trascendencia posible. La trama puede resultar un tanto alborotada y confusa, lo cual refuerza mis quejas al trabajo de edición, y el personaje principal, el héroe de la función, nunca se siente cómodo. Esto genera que la propia película se sienta vacía y con ello todo lo que este a su alrededor sufra lo mismo.

Si la película no termina siendo un insufrible dolor de cabeza se debe en gran parte al tramo final de la misma donde la música de Zimmer goza de todo su esplendor y puede que ayude a olvidarnos un poco del pésimo desarrollo anterior. Depp logra lucirse no porque haga un buen personaje ni mucho menos, sino porque todo a su alrededor es tan inoperante que todo lo que él haga resultará divertido. Como dije párrafos arriba, no creo que El Llanero solitario sea tan mala como los críticos andan diciendo por ahí, pero si es muy irregular y salvo pequeños destellos la película nunca logra despejar hacia ninguna dirección. Resulta inverosímil que teniendo la filmografía del irrepetible Sergio Leone al alcance de la mano el propio Verbinski no haya tomado ninguna nota. Hay mejores opciones en el cine, así que sería mejor que se abstuvieran de esta. Una lástima pues el dúo Verbinski-Depp me enamoro en la estupenda Rango y ahora me decepcionan terriblemente.

Guerra Mundial Z, o más bien X

Los zombies se han vuelto tan arraigados en la cultura popular que difícilmente existe algo original que pueda sorprendernos. Los últimos estrenos: 28 days, REC, Resident Evil, I am Legend y Zombieland, fueron exitosos porque propusieron algo diferente a la fórmula de los muertos vivientes. Ya sea con un aire de ironía, comicidad, veracidad o de plano grotescos chorros de sangre, son unas cuantas cualidades con las que estas películas han sobresalido y contribuido a engrandecer nuestros villanos preferidos.

Guerra Mundial Z tiene un enorme reto, no sólo tiene que proponer algo distinto al género, si no además hacerle honor a la serie de libros que la han inspirado. Expertos en literatura podrán desmenuzar todos los detalles. Aclaro que no tengo más conocimiento que el de Wikipedia me pueda proporcionar y aún así no se me puede quitar de la cabeza cierta decepción de que esto pudo ser mucho mejor.

El que tu vida se vea interrumpida por un evento tan fuera de tus manos y luego estés en la necesidad de sobrevivir, son escenarios apocalípticos que me fascinan. Por si sólo el ver zombies encima de los autos, con explosiones, gente gritando, bueno todo el desastre completo, debería de ser suficiente para que valga la pena el costo del boleto. Pero no lo es. Se necesitan personajes en medio de estas situaciones, de preferencia competentes en el arte de sobrevivir.

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En su intento por impactar lo más pronto posible, una breve escena con la familia de cuatro integrantes almorzando, pretende establecer un vinculo de los personajes con la audiencia para simpatizar ante las posibles desgracias. En la siguiente escena, sin aviso,  el caos se desata y es que tenemos a la pobre familia huyendo de la parvada de zombies que esta atacando a medio mundo. El problema del pronto inicio es que se deben de desarrollar los personajes conforme a la marcha, por lo que cualquier detalle como niñas insoportables puede alterar su experiencia. Como fue mi caso. En serio que no soportaba a las niñas gritando a cada rato, en vez de provocarme un interés por su bienestar quería su pronta aniquilación. Lo bueno es que los padres fueron lo suficientemente competentes para armarse de valor, hacer todo lo necesario para lograr el objetivo de salir de la ciudad y esperar algo mejor.

Luego tenemos el drama. Varios han comentado que la película no se trata de ser una novela familiar. Entonces ¿para que caracoles Gerry (Brad Pitt) tiene una familia? ¿Es relleno? ¿Es supuestamente para hacer más emocionante las persecuciones? Simplemente no funciona. No me importan. Más simpatía me ocasionó el niño migrante que tuvo el sentido común de atacar un zombie, que esperar su muerte en su habitació. Yo veo tres excusas (o lo que el libreto les quiere llamar) como motivaciones para que Gerry vaya de cacería alrededor del mundo. Es cuando se deshace del bulto de su familia es que la película se vuelve más amena, en parte porque comenzamos a entender lo que sucede y se enfoca más en la misión de Gerry.

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Brad Pitt podrá estar todo el tiempo en medio de chismes, pero eso no quiere decir que no sea un actor competente. Cuando esta en medio de pasillos, disparando balazos indiscriminadamente o huyendo por una horda de zombies; vives el momento y todavía logra mantener nuestra atención. Es gracias a Pitt que sobrevive la película porque te distraer de una entupida excusa tras otra que se inventa el libreto por hacer otra escena de acción. Y eso es precisamente esta película, una gran loop entre información, persecución, información, persecución. Ahora eso no es del todo malo cuando esta llevado acabo con escenas interesantes y por fortuna las tiene.

El mayor logro que tiene Guerra Z se resumen a una secuencia en la ciudad de Jerusalén y un desastroso vuelo de avión. De nuevo una tonta excusa como lo es musulmanes orando, gritando y cantando, da paso a una de las mejores secuencias de acción con una escalera de zombies logrando cruzar muros. Sin olvidar las circunstancias geopolíticas que involucran el estado del Israel, en serio que uno necesita ser demasiado ingenuo con lo que pretendieron al hacer los creadores al dibujar unos judíos los salvadores del medio orienta gracias a su capacidad de prevención y sobre todo sus estructuras de espionaje alrededor del mundo. ¡Muchas gracias!

Pero regreso a lo que nos interesa. La muralla de zombies, que tanto presume la publicidad y el trailer es de lo más rescatable. Resulta ingenioso, además de una nueva habilidad para unos zombies necesitados de nuevos trucos para recuperar ese aspecto terrorífico. Luego tenemos terrible vuelo con también una buena dosis de adrenalina que para colmo otro detalle estúpido desata el desastre. ¿En serio? ¿Cuanto tiempo estaba esperando el zombie encerrado?

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Creo que para cuando lean estas líneas se habrán dado cuenta que lo que más me desespero fue que el libreto no busco formas inteligentes de generar la acción. Hay instantes que tengo que esforzarme para olvidar que todo lo que sucede en pantalla se pudo haber evitado. Literalmente los guionistas me piden que yo sea el zombie sin cerebro que me crea todo y lo peor es que me deja insatisfecho porque había elementos interesantes que pudieron hacer de Guerra Mundial Z algo digno de presumir.

Sin haber leído el libro es evidente que el aspecto global de la tragedia fue desechado en favor a un sólo personaje con una serie de aventuras trilladas, con algunas excepciones que ya mencione. En vez de llamarse Guerra Mundial Z, debió de haber sido Gerry y sus aventuras globales, ahora con zombies. Cuando se llega a mencionar que el Israel conocía algo sobre la pandemia había como una promesa de que había algo más interesante que la mutación de la rabia. Si esto pude deducirlo yo que no he leído la literatura, no me puedo imaginar de aquel que conoce más a detalle el asunto.

La estructura de la cinta tampoco ayuda. Después de dos buenas secuencias de acción llenas de adrenalina, todo este asunto decide terminar muy íntimamente en un laboratorio y de la peor manera con un protagonista experto en medicina, que sin temor a equivocarse se puede inyectar un virus. ¡Ya basta! Yo fui al cine para ver zombies, no para convertirme en uno de ellos.

Mi Villano Favorito 2, aún continua de favorito

En el remoto verano de 2010 una película con escasas expectativas sorprendió al público con un ingenioso libreto, divertidos personajes y con una médula sentimental que funcionó al no caer en la cursilería. Cuando anunciaron la secuela empecé a pensar en posibles aventuras que pueda tener Gru y llegue a la conclusión que difícilmente podría superarse a si mismo. Ahora con el estreno de la secuela me doy cuenta que estaba en lo cierto. Esta cinta no logra llegar al nivel de la original, pero al menos intenta distraernos con sus fortalezas ejemplificadas en los minions, un lógico desarrollo del protagonista y mucha diversión.

La primera diferencia que note es la falta de enfoque que tiene la película. A comparación de la primera parte donde estábamos concentrados en las maldades de Gru y su objetivo principal de robar la Luna, en la secuela se reduce a hacer un pésimo trabajo como espía y de paso encontrar el amor cuando ni tan siquiera estaba en sus planes. Ahora si que la vida de Gru se redujo al ser el de una padre normal, que por cierto no estaba mal, es sólo que los retos que tiene que asumir son tan comunes que das gracias que haya distractores para hacer ameno el rato.

Con la aparición de un villano anónimo aterrorizando al mundo con el robo de una súper fórmula secreta, es que la liga de antivillanos contrata las habilidades de nuestro protagonista para descubrir quien esta detrás de tan malvado plan. Uno pensaría que con el sólo hecho de ofrecerle una misión a Gru esto se supone que sería emocionante, si no fuera que lo envían a un centro comercial lleno de peligros en donde habita una gallina asesina. En serio, no estoy bromeando.

Lucy y Minions

Son los personajes (con una excepción) los que en esta ocasión salen al quite ante un libreto que no propone mucho que digamos. Tiene demasiadas escenas de relleno con los Minions. Es cierto que estos personajes se han ganado el aprecio de chicos y grandes, es solo que estaban rozando los límites de la sobreexplotación. La película depende demasiado de su presencia y no salimos de una de sus payasadas para caer en menos de cinco minutos en otra. Tampoco me opongo del todo, nada más lo mencionó como ejemplo ante la falta de desarrollo con el villano, las niñas e inclusive el futuro romance de Gru.

Ignorando los estereotipos culturales que tiene el malo llamado ‘El Macho’, el personaje es un asco. Entiendo que le quieran dar un toque distintivo con actitudes de un luchador mexicano que le gusta bailar: ¿salsa? Después de todo es una película infantil donde es aceptable la exageración, pero las motivaciones del personaje con su plan de dominio global son tan absurdas que sólo sirven para de nuevo explotar otra vez a los Minion. Su presencia es irritante, no contribuye en ser un reto para Gru y resultó ser ‘Pollito’ un mejor villano que el regordete.

Si existe un personaje que agradezco en esta secuela es la súper agente secreto Lucy. Es refrescante su comportamiento porque fácilmente pudo caer en situaciones trilladas, sin embargo el concepto de una agente competente, inteligente, simpática y hasta con sentido común para interrumpir desastrosas citas amorosas, hacen de Lucy una agradable adición al elenco y hasta entendible que Gru se mire en ella.

Algo que también extraño es la medula sentimental del trío de niñas. Aunque pretenden introducir el concepto de la necesidad de una figura maternal al núcleo familiar, este no es profundizado como hubiera querido. Es más, con excepción de Margo y su delirio amoroso, en esta ocasión las niñas no tienen mucho en que contribuir porque el centro de atención sigue siendo Gru y su progreso en el departamento del romance.

Me hubiera gustado un poco más de empeño en crear situaciones que nos convenzan de la validez de una unión entre Lucy y Gru. Con la existencia de una divertida escena que involucra una desafortunada cita amorosa, no tenemos ese momento clave que nos dice que estas dos personas están hechas uno para el otro. Agradezco el que no sean tan melosos en los aspectos sentimentales, es sólo que me hubiera gustado más empeño en crear al menos un instante mágico y no sólo en el final con una de las niñas haciendo una declaración de amor.

El Macho y Gru

Por cierto, ¿en el mundo de Mi Villano Favorito no han sido inventadas las dietas? Que fascinación de los animadores por dibujar personajes con problemas de obesidad que permanece ahora en la segunda parte. A excepción de Lucy, creo que el programa de computación que usan tiene sólo semicírculos entre sus opciones. Lo anterior lo escribo más como comentario que como crítica porque es entendible que se busque diferenciar entre la decena de cintas de animación que se estrenan al año con un estilo único de diseño, es solo que no se ve variedad.

Lo del 3D y 4D no podré comentar. Me imagino que la escena del carro submarino y el minion corriendo por el patio habrá sido divertido por su cuenta. Uno como humilde empleado que apenas le alcanza para la nítida, clara y brillante imagen del 2D se tiene que conformar con los cero dolores de cabeza que provoca ver una película y no distraerse con efectos especiales literalmente en tu frente.

Sobre el doblaje al español proporcionado por el comediante mexicano Andrés Bustamante, sinceramente me quedo con la versión original realizada por Steve Carell. Su tono de voz es demasiado irritante, mucho más pronunciado y en todo momento sabes que la voz es extremadamente fingida. No te crees que pueda existir una persona en el mundo que pueda hablar de esa forma, al menos no con la intención de hacerlo. Pero no hay mucho que hacer al respecto. Ni modo.

Me hubiera gustado que la secuela hubiera tenido mayor ambición. Es divertida, te la pasas bien, toda la familia se divertirá, pero al final se perderá con el tiempo. Ojalá Gru encuentre un mayor reto para la próxima película, quizás sería interesante que una de sus hijas lo haga abuelo.

Inside Llewyn Davis, con aspiraciones al Oscar

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No soy fan de los hermanos Coen. Creo que han escuchado hablar de ellos porque se la pasan siempre en festivales de cine y recibiendo premios. He visto dos de sus películas (No Country for Old Men , A Serious Man) y les soy sincero, no es por despreciar su maestría, quizás porque todavía estaba muy verde con esto del cine; pero que aburridas películas. Quizás si me vuelva a dar un tiempo pueda redescubrir que tienen de especial ambos hermanos o de plano les doy oportunidad con su nueva producción Inside Llewyn Davis.

De inicio el trailer se me hace interesante porque se enfoca en la vida de un músico en bancarrota que sólo busca sobrevivir de su pasión. La receta perfecta para ser venerada la cinta por el público y la crítica. Además que el elenco no es nada despreciable, pero lo que más sobresale no es tanto que el actor John Goodman este involucrado si no otra vez Justin Timberlake este en medio de un proyecto destinado a ser la noticia en los siguientes meses. Ya parece como un amuleto al igual que en ocasiones es Morgan Freeman.

Inside Lewis

Me encanta el tono irónico que tiene el trailer al danos una idea del dilema de su protagonista interpretado por el actor guatemalteco Oscar Issac. Quizás en apariencia la cinta no sea tan innovadora que digamos. ¿Cuantas historias ya existen en el cine de superación personal? Pero mientras sea entretenida, conmovedora y porque no hasta con un final feliz, pues me doy por servido.

El estreno esta programado para el 6 de diciembre en los Estados Unidos y en el resto del mundo para sepa cuando porque siempre son uno tontos los estudios cinematográfico para hacerle publicidad a las buenas películas.

La disculpa de Pixar

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La reciente noticia de que Pixar no esta más interesada en crear secuelas, me suena más a disculpa, que a un anuncio para generar optimismo en el futuro del estudio cinematográfico.

Es evidente que la adquisición que hizo Disney por Pixar le ha hecho daño. La misión principal de llevar historias fantásticas a la pantalla grande esta siendo relegada a la de producir un estreno forzoso por año. Ya no importa que sea un estreno original o una horrenda secuela, a fuerzas se deben de cubrir las expectativas económicas de un grupo de inversionistas que apuestan en Disney para generar jugosos rendimientos.

Al principio las mentes creativas de Pixar contaban con un buena cantidad de ideas y la noción de secuelas eran consideradas como una perdida de tiempo. Con el merecido éxito del estudio esas historias que pensaban tomarían una años se convirtieron realidad en tiempo record, además que el riesgos que ellos consideraban al crear una secuela fueron hechos polvo con el rotundo éxito que tuvo Toy Story 2.

Hablar de secuelas para películas animadas era el ir al videoclub y encontrar una versión barata de todos los estrenos de Disney de la década de los noventas. No eran producciones destinadas al cine si no estrenos en video. La película de Toy Story 2 iba tener el mismo destino si no fuera que la trama cautivo tanto al estudio que consideró digno arriesgar millones de dólares. El resultado todos lo conocemos a tal grado que las consecuencias aún las vivimos.

Se ha vuelto una obligación que cualquier película de animación capaz de recaudar 100 millones de dólares en la taquilla norteamericana tenga su secuela. Y ahora es más frecuente que esto suceda con el uso de técnicas de mercadotecnia que hacen de cualquier porquería un éxito en traquilla.

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Pero Pixar no tenía el porque caer en esa obligación. Si Toy Story 2 nació de una necesidad creativa al tener un libreto digno para una secuela, este no tenía porque contagiar a otras de sus propiedades como Cars y Monsters Inc. , ambas cintas son necesarias para alimentar al pulpo capitalista de Disney hambriento de acaparar todo lo que no puede y no quiere el producir. Al ver la competencia de Pixar y que sus patéticos estrenos ya no generaban interés, decidió evitar cualquier enfrentamiento y en vez de conformarse con la distribución de películas , decidió comprar de una vez el estudio de producción.

Después de inolvidables triunfos que marcaran la historia del cine, Disney se deshizo de sus estudios de animación porque según ellos ya no eran rentables. ¿En serio? Millones de dólares generados tan siquiera con el Rey León y sus múltiples versiones en video no fueron suficientes para mantener sus estudios de animación.

Ahora tengo miedo por Pixar. Si no logra darnos otra joya capaz de recuperar la confianza me temo que se dirige a la misma ruta que alguna vez recorrió Disney, esto hasta que llegue otro joven competidor capaz de generar interés en el pulpo, lo compre y se deshaga de lo que alguna vez fue la década Pixar.

Por eso me suena más a disculpa del ejecutivo el que diga que prioritizaran ideas originales sobre las secuelas. Si bien es cierto que Brave no fue tan pésima película como la horrible Cars o la mediocre Monsters University, estos genios de la animación se están viendo opacados por su propio legado. Quizás es el precio de la fama.