marzo 2017

Lego Batman. Ensamblando entretenimiento

La ‘Lego Película’ era una apuesta a la que muy pocos tenían fe; la publicidad, los tráilers, hasta el título de la película parecían una parodia de una idea llevada al extremo. Es por eso, que ni la casa productora tenía confianza, menos considerando que para Warner Brothers las películas de animación no necesariamente han sido éxitos en taquilla. Para evitar perdidas económicas la WB decidió asociarse con Village Roadshow Pictures para coproducir la película. Si no fuera suficiente, el estreno se programó en el pozo de perdición de febrero, todo con el fin de evitar un descalabro mayor. El resultado todos lo conocemos: La ‘Lego Película’ sorprendió al mundo con una historia llena de humor, colorido, demasiada creatividad, y sobretodas las cosas; mucho, mucho dinero.

Es así como tenemos ‘Lego Batman’, una película que nace del impacto que tuvó en la audiencia el caballero oscuro y que ahora tiene la responsabilidad de continuar el legado establecido por Phil Lord y Chris Miller, pero ahora de las manos del director Chris McKay, quien es conocido por su trabajo en el programa de televisión Robot Chicken. El resultado es un filme que logra satisfacer a la audiencia con lo básico del entrenimiento, más no logra ni igualar el legado de ‘La Lego Película’.

En tiempos donde el Batman oficial es aniquilado por tantos individuos que no tienen idea a donde llevar el personaje, la versión de juguete no se topa con tal dilema, y sin tapujos se dedica a divertirnos desde los primeros segundos de la cinta con todo lo absurdo que rodea a Batman: ridículos villanos, su obvia identidad secreta, la incompetente policía de ciudad Gótica, múltiples disfraces,  o el simple hecho que Bruce Wayne no ha podido superar el trauma de la perdida de sus padres; todo es motivo de burla y por lo tanto del interés del público adulto que disfrutará cada uno de los dilemas de un Batman suficientemente distinto a los tantos que conocemos.

Pero como es una película infantil, Bruce Wayne debe de aprender la valiosísima lección de volver a formar parte de una familia. La moraleja no brilla de originalidad si no fuera porque se trata de Batman y con ello los guionistas le agregan detalles que lo hacen ver único, le agregan algunos chistes afines a su personalidad, se burlan de su mitología, pero más de eso, no hay un análisis profundo que nos haga refleccionar. A lo mucho uno se tiene que conformar con los nuevos personajes que aparecen para acompañarlo en su aventura y esperar el inevitable desenlace en donde aprende su lección, porque no había de otra.

Este ‘Lego Batman’ al principio cuesta trabajo en aceptarlo. Aún cuando los chistes son constantes, muchos de ellos son tan rápidos que ni tiempo tienes de reaccionar. Además que no todos funcionan y se crean espacios donde nada más estas esperando la próxima sorpresa o de plano el cambio de escenografía. Es a la mitad del filme con un Guazón dispuesto a cruzar dimensiones y desatar el mal sobre el mundo de Lego Gótica, cuando la película logra una coherencia narrativa y no se dedica a lanzar chistes de cualquier cosa.

Con el solo objetivo de detener a los villanos es cuando el director director Chris McKay logra mantener un ritmo aceptable al inyectar grandes cantidad de creatividad a lo que podría haberse considerado una masiva explotación de basura plástica. Como si se tratara de un circo de tres pistas, hay tanto que ver en la pantalla que ni tiempo tienes de pensar. Así es, lejos de la trama, desarrollo de personajes o aspecto visual; lo mejor que tuvo que ofrecerme el filme fueron sus escenas frenéticas de acción.

El desenlace es predecible y no es requerido del uso de neuronas para conocer a donde nos lleva esta Lego aventura. No existe revelaciones sorpresa sobre la naturaleza del universo o motivos ultra secretos por el que existe este filme. En pocas palabras, nada que trascienda dentro de su género.

Es difícil superar a la ‘Lego Película’ porque nos engaño al hacernos creer que era entretenimiento desechable; cuando resultó todo lo contrario. Dentro de tanta locura esconde un mensaje de libertad, creatividad y sobretodo amor. Con ‘Lego Batman’ existe la herencia de creatividad, más no la ambición para lograr una historia diferente. Esta vez se queda en entretenimiento pasajero que al final del día solo sirve para rellenar referencias en Wikipedia.

Silencio. Guerra Santa con Scorsese.

La religión nos ha acompañado desde tiempos muy antiguos. Desde los antiguos egipcios, los griegos y los romanos, hasta las religiones que hay en la actualidad, el humano siempre ha tenido la necesidad de creer en algo divino que nos vigila, nos cuida, a los que hay que rendir tributo y que, al final de nuestra existencia, nos juzgara si obramos bien o mal para saber si entramos en su paraíso o nos condenan a su infierno. Todas las religiones tienen un parecido en esos aspectos, ya son otras reglas, costumbres o tradiciones las que la hacen diferentes unas de otras.

Hoy, en el papel, vivimos en un mundo donde hay tolerancia a todas las religiones y donde cada quien tiene libertad de practicar la religión que más desee, pero hubo un tiempo en que esto no era posible (la libertad de elección), y Scorsese decide explorar esta época con su nueva película “Silencio”, que protagonizan Andrew Garfield, Adam Driver y Liam Neeson y que nos habla de la travesía que dos jóvenes padres (Garfield y Driver) tienen en Japón tanto para inculcar la religión cristiana entre la gente de ese lugar como para localizar al padre que los enseño en la religión (Neeson). Al momento de entrar a Japón, los jóvenes curas se topan con muy pocos fieles creyentes, que son reprimidos por un gobierno que no admite otras religiones, especialmente la cristiana.

Uno de los primeros puntos a destacar es el nivel de actuaciones, especialmente de sus protagonistas: Garfield, quien ya había sorprendido con su convincente interpretación de “Hasta el Último Hombre” que le valió su nominación a Mejor Actor, sigue demostrando lo equivocados que estaban muchos cuando lo mataban por las nuevas películas de Spiderman. Su interpretación como el padre Rodrigues, que trata de inculcar su religión en un pueblo donde practicarlo es un crimen penalizado, en muchas ocasiones, por la muerte. Su actitud despectiva a otras religiones (que, a su vez, le muestran esa misma actitud), su temor por la malinterpretación de la religión que está tratando de inculcar y su temor a lo que puedan sufrir los pocos que creen en el cristianismo es muy convincente, y es de lo mejor en cuanto a actuaciones en lo que va del año.

Adam Driver, por su parte, nos pone a un padre Garupe que es un poco más duro con los nuevos creyentes pero que poco a poco va cediendo ante la devoción que demuestran; desafortunadamente la película decide deshacerse de el a la mitad de la película, para enfocarse únicamente en el personaje de Garfield.

Otro punto a favor de la película, y que puede causar algo de controversia, es la historia que nos ofrece Scorsese; nos pone en bandeja una historia para reflexionar sobre como las religiones se han sentido superiores a otras en diferentes ocasiones y las consecuencias que traen consigo; también expone los enormes defectos de cada una (o del lugar en donde se tratan de imponer), donde la pobre explicación de las cosas o la imposición de una pone como principales víctimas a la gente que no sabe a qué religión profesarle. Incluso en algún momento de la película, el personaje de Garfield lo confiesa: “A veces creo que adoran más los objetos de la religión que a la religión misma”.

La fotografía de Rodrigo Prieto es también una de las grandes contribuciones a esta película: las imágenes de los lugares, de la gente, incluso los propios objetos de la religión son puestos de una manera brillante, especialmente en la situación en la que muchas veces lucen involucrados los personajes.

Si hay un punto que le podría cuestionar a Scorsese es que el final parece alargarse de más: ya al final nos queda claro cuál fue el destino de los personajes, pero Scorsese parecería que quiere dejar en claro todo y decide extender con narraciones la situación final de estas personas, cuando sinceramente ya se veía venir antes. No es malo en sí, pero si eres de los que necesitaba el final ya, puede que eso te desespere. También podría reclamar la poca participación de Liam Neeson como el padre Ferreira, pero uno comprende el porqué de esa decisión.

Pero son cuestiones un poco más personales que nada: al final, “Silencio” es, al momento, la mejor película en lo que va del 2017 y es una pena que no se le haya reconocido como se debe en los Oscares (aunque viendo el show que se armaron estos premios el fin de semana pasado, creo que su reconocimiento no es necesario). Posee un gran libreto, grandes actuaciones, una gran dirección, una gran fotografía; en fin, todo lo que una gran película necesita.