Crítica: Cirque du Freak – El Aprendiz de Vampiro

Nadie duda que los vampiros estén de moda y que los estudios quieran sacar el mayor provecho lanzando productos afines.

Entonces tenemos una cinta que esta basada de nuevo en una obra literaria que desea ser la nueva saga de Harry Potter: sin el presupuesto, actores, guión, escenografía, ambientación, vestuario. Se pueden dar una idea.

Darren (Chris Massoglia) y su mejor amigo Steve (Josh Hutcherson), asisten al circo de fenómenos donde conocen a un vampiro legendario que es de lo más amigable ( aunque no lo parece). Darren se roba la mascota araña que ocasiona que haga un pacto con Larten Crepsley (John C. Reilly) para convertirlo en un medio-vampiro.

Las reglas entre los seres de la noche son lo único que vale la pena de la cinta, pero el tonto que la hace de aprendiz no sabe actuar lo suficiente para que nos importe su desgracia durante las lecciones que Crepsley intenta inculcar.

Así que nos la pasamos de un lugar para otro conociendo fenómenos sin personalidad hasta el inevitable batalla en el clímax, donde los vampiros se ven borrosos por su gran habilidad a la velocidad.

Puede que a los niños les agrade y hasta los adultos pasen un buen rato, pues aún con sus defectos el filme entretiene sin pretender ser más que entretenimiento pasajero.

Me gustaría leer los libros, me imagino que son demasiado entretenidos con las descripciones constantes de los personajes que Darren (Chris Massoglia) va conociendo en su camino. Después de todo, hay una buena cantidad de fenómenos que habitan en el circo y que por su variedad puede que sean divertidos al estilo de los Monsters o la Familia Adams.

Pero la película no me fascinó tanto al grado del material ingenioso del autor, las caracterización del protagonista no me cautivo al grado de importarme. El momento en donde se hace vampiro Darren y renuncia a su familia, debió de haber sido hasta trágico, pero todo resulta ser como si lo estuvieran invitando al parque de diversiones. Las decisiones que debe de tomar durante el filme pierden su valor cuando al mismo protagonista actúa ante un mundo tan distinto de nosotros como si fuera algo normal. Hasta el momento, en donde decide salvar a su amigo y renunciar a su media humanidad resulta ser un trámite y el drama que se supone debió de haber seguido con quien se supone le debe de agradecer la vida, se diluye a una pelea porque su supuesta amistad no valió ningún centavo.

John C. Reilly, quien interpreta a Larten Crepsley es el único de todos los actores involucrados por quien vale la pena ver la cinta. Su interpretación de un vampiro no la había visto en el mundo del cine ya tan sobrepoblados de tantas historias de los seres de la noche. Hasta su desdén por el chico le debió de haber resultado natural, le debió de haber dado cachetadas para que reaccione (¡ vamos chico! Emite algo de sentimiento).

El resto de los actores están sólo para rellenar tiempo, en realidad no hacen mucho. El único momento en donde sentía curiosidad por conocer a los fenómenos, fue en su introducción en el gran show que realizan. De ahí en adelante me imagino que en los libros sus papeles son expandidos, aquí no hacen mucho.

La cinta estaba programaba para ser estrenada a inicios del próximo año pero por obvias razones decidieron hacerlo en esta temporada con «Twilight» a la vuelta de la esquina.