Crítica: Caso 39

Pobre Renée Zellweger ¿qué hizo para merecerse esto? Como que se le metió el gusanito por probar el género de terror y el resultado no ha sido favorable. Después de este filme, la Academia debe de reclamar la estatuilla dorada de regreso.

La trama gira entorno al Caso 39 que decide investigar una trabajadora social. El documento relata la sospechas de maltrato de una menor por parte de sus padres y claro que nuestra protagonista decide evitar esta desgracia a cualquier modo. Hasta ahí todo va bien. Conocemos a Emily Jenkins (Renée Zellweger) de tal forma que simpaticemos con su personaje y reconozco que muestra una cualidad humana de esas personas que instantáneamente te quieres hacer amigo y comenzar a conversar.

Después de ver «La Huérfana», muchos encontrarán similitudes en como se desarrolla la trama. De nuevo tenemos el centro de atención en una niña que actúa perturbada por acontecimientos desconocidos que iremos descubriendo. Es en estos momentos en que estaba decidido en abandonar la película, pero los momentos intensos de violentas acciones me mantuvieron atento a lo que estaba por suceder.

Ahora el terror es responsabilidad de la joven actriz Lillith Sullivan (Jodelle Ferland), quien mantiene compostura al momento de interpretar miradas, frases breves, posturas o simplemente estar sentada dando vueltas en una silla. Es efectiva, nada que destruya expectativas , podremos decir que es competente en su trabajo.

A diferencia de «Actividad Paranormal» donde nos la pasamos esperando algo más que suspenso, lo que salva a la producción son sus constantes escenas de violencia brutal. Desde en intento fallido por destruir el demonio, moscas mentales, accidentes con perros, incendios, etcétera.

Caso 39 intenta elevar el filme con terror psicológico. Lo que sucede con este último es que no funciona por la pésima expresión facial que tiene Renée Zellweger al momento de transmitir miedo. Existe una escena cuando ella sale corriendo rumbo a un autobús que me ocasionó risa ( no creo que esa haya sido la intención). Con el transcurso de la trama su personaje evoluciona en un intento de asesina, pero le sale el papel más de hermana acabada de hacer un berrinche tratando de desquitarse.

Al final tenemos escena tras escena de hechos inexplicables que nunca se llegan a resolver o explicar el motivo. Ya para entonces apagas tu cerebro y decides mejor disfrutar de los gritos desesperados de la actriz una y otra vez hasta llegar al clímax donde el mal es vencido porque era más imagen que acción.

¿Por qué no se transformó el pequeño demonio antes para lograr salvarse de su aparente destino final , en vez de rasgar la pierna de Emily? ¿Sólo para emocionarte? Y así una escena tras otra sin explicación se amontonan hasta rendirte y dejarte llevar por la fantasía, de otro modo hubieras lamentado el haber gastado tu dinero.

Los que ya tienen la dicha de rentar el DVD, no se lamentarán tanto. Pero como nosotros los mexicanos que hace poco se estreno en los cines, debemos de considerar mejores propuestas, porque siendo sinceros no vale la pena.