Crítica: El Último Camino

Viggo Mortensen y Kodi Smit-McPhee protagonistas de El Último Camino

Es muy difícil hacer una crítica de una película que ofrece más drama que alegría. Depende del tipo de persona es que puede que exista un consenso de agrado a lo que indudablemente es una buena cinta que recuerda lo valioso que es la vida.

Muy diferente a lo que los tráilers quieren aparentar como una cinta futurista de destrucción masiva, creanme que el centro de atención rádica en los efectos que tiene un desastre apocalíptico en una familia en el sentido emocional y nada que ver con efectos digitales de un mundo destruyéndose literalmente en pedazos.

Jamás se explica el motivo de tan desolador escenario (no se si el libro lo haga) y nunca intenta hacerlo porque no es el motivo, es sólo el pretexto ante tantas pruebas que tienen que superar nuestros protagonistas.

Viggo Mortensen tiene la difícil tarea de transmitir la desesperación de un padre que se cree capaz de hacer todo lo posible para que su familia sobreviva  es un ambiente  nada alentador. Es a través de sus ojos que vemos lo difícil que es desprenderse de su humanidad cuando el resto de los sobrevivientes lo han hecho, en contraste tenemos a un hijo irritantemente inocente ante lo que sucede (créanme que si fuera el padre no hubiera sido tan paciente). Definitivamente la actuación de Mortensen es digna de reconocimiento y me hace dudar del porque no se encontró dentro de los nominados al Oscar.

La ambientación aunque sencilla, es efectiva en demostrarnos el paisaje desolador que crea una inminente melancolía y al mismo tiempo con la ayuda del director se vuelve coherente con lo que podríamos llamar un mundo en destrucción.

Mi inconveniente está en el final obligado, no lo voy arruinar, pero se me hizo muy conveniente el toque esperanzador del la última escena. Como si todo lo que vimos fue suficiente y nos da un giro de 180 grados que no va con lo anterior.  Esa es mi opinión , quizás a ustedes los deje con el sentimiento del libro de caldo de pollo para el corazón.

La falta de experiencia del jóven actor Kodi McPhee me distrajó en momentos importantes, se notaba el esfuerzo por provocar emoción cuando remotamente ha sufrido la cantidad de lágrimas que debe de derramar.

En un papel que bien pudo haber sido ignorado por completo, se encuentra la actriz Charlize Theron haciendo lo posible con tan poco tiempo en pantalla para justificar un trauma más del padre por proteger al hijo.