Crítica: Ga’hoole La Leyenda de los Guardianes

Imagen de la película animada Ga’hoole

Al parecer a el director Zack Snyder se le olvidó que estaba filmando una película para el público infantil.  Sus  trabajos previos han sido muy efectivos en impactar mediante escenarios visuales fuera de este mundo y técnicas de camára que intensifican las escenas de acción. Hasta el momento no a sido tan necesario que logre profundizar en las emociones de los personajes, porque lo que nos ha vendido es pura acción y es por eso tuvo su merecido éxito con «300» y en menor grado con su última obra «Watchmen».

Ga’hoole es una experiencia insípida de emociones de la que sólo nos queda admirar los aspectos técnicos como lo positivo de la producción. Pensando equivocadamente que con la apariencia esponjoso cariñosito que los hace verse tiernos a los pájaros es suficiente para importarnos su desgracia, se desperdicia el tiempo en escenas aéreas y persecuciones que se han vuelto muy comunes.

Como si se tratara de la versión aviar del Señor de los Anillos, la trama se toma muy en serio el drama de nuestros protagonistas sin darles oportunidad de manifestar sus personalidades. Es por eso que  las supuestas sorpresas que tiene el guión no logran su objetivo. Desde  la conversión del hermano del protagonista en villano, hasta una inesperada traición, todo resulta en una sucesión de eventos inesperados que debes de creer porque así lo dicta el guión y no porque Snyder se haya esforzado en darles vida al grupo de buhos.

La falta de comedia y momentos ligeros se extrañan ante la intensidad de la aventura. Hay momentos escasos donde los compañeros de Soren intentan hacer uno que otro chascarrillo como si fuera una dosis obligada que no logra levantar los ánimos. Estoy de acuerdo en que no se debe de seguir la fórmula Disney con los patiños cómicos de los protagonistas, pero ya hemos visto que es posible que la cinta sea divertida al igual que lo fue «Como entrenar un Dragón» sin traicionar la seriedad de la trama.

Es hasta el desenlace cuando todos los elementos se juntan para hacer que nos importe lo que sucede en pantalla. Ya para entonces estaba más interesado en disfrutar las peleas en la batalla final, que en como iba a términar el asunto

¿Qué paso con la energía que demostraban los trailers, el sentido de aventura épica? ¿Dónde quedó esa emoción de ver algo espectacular?