Crítica: Kokuhaku (Confessions)

Conociendo lo conservador que es la cultura japonesa con todos sus tabúes y costumbres nunca puedes pensar lo reprimida que es su sociedad al mostrar siempre al mundo su perpetua búsqueda de la eficiencia y perfección, es increíble lo que el director Tetsuya Nakashima logra plasmar con su película.. Sin olvidarse del formato visual que representa, durante casi una hora se dedica a relatarnos la firme determinación de la maestra Yuko Moriguchi (Takako Matsu) de buscar venganza.  Decir más seria arruinar una película que mereció ser reconocida en la pasada entrega de los Oscares como una de las mejores del año, aunque sea con una nominación.

Nakashima decide pausar aquellos momentos dramáticos con el fin de intensificar los sentimientos que padecen los personajes. La técnica  es repetitiva a lo largo de la cinta, pero lo interesante es que llegas a estar tan involucrado en la trama que resultan ser momentos de respiro ante la intensidad de los actos cometidos. Es como si se tratara de un examen psicológico en donde después de ver lo inimaginable decide incluirte una imagen del cielo nublado o a cámara lenta el grito desesperado de una madre llorando por su hijo, siempre de forma elegante y sin llegar al masoquismo.

Otro de lo que les podríamos llamar truco o técnica, es que el guión esta dividido en las confesiones que realizan los personajes. Siempre transparente, sin ocultar detalles como si fuera una ventana al alma caótica de estos humanos sumergidos en su propia insatisfacción de su vida es como llegamos a comprender sus acciones , aun tan desquiciadas que puedan ser, siempre con una lógica impecable y hasta con perfil psicológico que permite que las escenas donde realizan sus despreciables actos vayan más allá del impacto visual de segundos, si no que te ocasionan un sentimiento prolongado de reflexión.

Conforme va avanzando la trama somos testigos de que las confesiones son verdaderas bombas de tiempo que se detonan con tal sincronía hasta llegar al desenlace. Es una sorpresa tras otra de revelaciones en donde no puedes ni imaginar en donde este show va a parar. Si no fuera porque existen momentos de relativa calma que nos proporciona el director, literalmente esto sería un thriller policiaco a impresionante velocidad que no nos permitiría saborear cada angustia, sonrisa, lagrima  y desesperación como lo que él increíblemente nos ha regalado.

No me puede faltar reconocer las sorprendentes actuaciones de los adolescentes , que aún con la temática tan adulta que maneja la cinta , siempre esta presente un profesionalismo envidiable para otras producciones. La actriz Takako Matsu es un peligro latente que cuando termina la cinta, no puedes imaginar lo sorprendente que fue al personificar la venganza misma.

Si existe un pequeño detalle es en el desenlace. Al terminarse la sucesión de sorpresas ya conocemos el último despiadado acto, entonces se siente  que el final se prolonga demasiado. Pero es mínimo después de ser testigos de algo extremadamente sorprendente.