Crítica: Los Indestructibles

Sylvester Stallone, Jason Statham y Randy Couture en Los Indestructibles

Los actores son los que salvan a la cinta de ser un asco.

En algún momento me imagino que Sylvester Stallone llamó a sus amigos actores para hacerles saber como quisiera volver a trabajar con todos ellos en un proyecto sin importancia, de esos que sólo buscan entretener y no tiene nada que ver con alguna visión artística de un guionista.

Es por eso que la cinta sólo llama la atención por la cantidad de actores de renombre al estilo de Oceans 11. La trama no tiene importancia, se convierte en un pretexto para hacer explotar todo a su paso y volver a los estereotipos de países con dictadura en algún sitio de latinoamérica. Por más que Stallone justifique querer homenajear las películas ochenteras con estos elementos, ya cae en lo absurdo y fuera de tiempo.

Pero debo de admitir que la película se vuelve aceptable al ver a los actores pasar un buen rato, se notan en los diálogos y los rostros llenos de alegría como si estuvieran en una fiesta. Un claro ejemplo es ver al Sr. Iglesia con el Governator en un claro despliegue de camarería. Por algo ha sido favorita en la cartelera de Norteamérica, por más que los críticos vean lo técnico, el público es el que sabe a lo que va y lo único que quiere ver es a sus actores favoritos juntos.

Me sorprende el enfoque que tiene el libreto en darle una vida al personaje de Lee Christmas (Jason Statham) como si el resto de los actores estuvieran de vacaciones. Hasta se le adjudica una novia y los aparentes problemas que conlleva. Claro que todo esta hecho para hacerlo ver lo más macho posible. Pero la personificación de testosterona es el mismo Stallone que todavía se da el lujo de correr como atleta en busca de un rescate en avión y hasta sonríe como si supiera lo ridículo que se ve. Un poco acartonado resulta el ver a Jet Li , como que se esfuerza demasiado por ser gracioso al estilo de Jackie Chan, y eso no es para él. Mickey Rourke fue quien me sorprendió con un monologo de lo más conmovedor, este señor con el material adecuado fácilmente se lleva un Oscar. En fin, esta cinta se vende por sus estrellas.

Para todos aquellos que buscan la adrenalina, esta también hace acto de aparición en el clímax que no escatima el uso de la pólvora de amontones, cuchillos voladores finamente precisos, una que otra pelea entretenida que hace uso de las habilidades especiales de nuestros protagonistas. Todo lo anterior hace que la duración de la cinta sea tolerable, claro que si te dejas llevar por la fantasía.