Crítica Poderes Ocultos

Cillian Murphy- protagonista de Poderes Ocultos

Ni tanto

Es fascinante buscar respuestas a lo desconocido. No por algo Jaime Maussan tiene su legión de seguidores, aún cuando nada de lo que dice tiene sentido. Por eso en parte esta película es interesante al involucrar un par de científicos que tienen como misión desenmascarar charlatanes que presumen tener poderes especiales.

Al frente de esta cruzada se encuentra la siempre sensacional Sigourney Weaver, donde su personaje de Margaret Matheson se asemeja demasiado a la versión de Scully con su característica de incesante búsqueda de la verdad científica. Como asistente tenemos al rostro conocido de Cillian Murphy, ahora en el papel de Tom Buckley, otro de los especialistas dispuesto a atrapar los farsantes. Ambos me recuerdan demasiado la serie de los ‘Expedientes X’, con los agentes visitando hogares, recolectando datos y dando las más obvias explicaciones. Si alguien se le prende el foco y decide hacer una serie de televisión con estos dos, estaría más que dispuesto a ser su fan número uno.

Las actuaciones es de lo mejor que tiene esta película, más cuando se une Robert de Niro como el psíquico con podereres llamado Simon Silver. Es cierto que tiene un nombre de alguna historieta, pero su interpretación se aleja de ser una caricatura y nos ofrece un personaje que se alimenta de la atención del público que los idolatra casi como un dios.

Después de una emocionante secuencia en donde los científicos estrella detectan la frecuencia de radio de un charlatán, es que la trama gira a la persona de Simon Silver con el objetivo de refutar todo lo que representa. A partir de este instante la película se comienza a desmoronar al no tener un objetivo claro, minuto tras minuto se nos presentan nuevas posibilidades que van desde lo paranormal, la tragedia y hasta persecuciones en auto. Todo lo anterior hacen que no sepamos que es lo que sucede o a donde esto se dirije, haciendo que las escenas por venir pierdan el efecto deseado.

Luego divaga en una serie de pruebas científicas de parte de una universidad, que funcionan como relleno, ya que la revelación que obtenemos de dos personajes secundarios vienen de la nada. – ¿Por qué me pides que divida la pantalla?, pregunta uno de ellos. – Nada más para ver que encontramos. ¿Y adivinen que pasa? Logran encontrar lo que buscaban, nada más porque el libreto lo demanda.

Mis respetos para Cillian Murphy que logra mantener nuestro interés aún cuando nada de lo que pasa tiene sentido. Lo vemos envuelto en un ambiente de actividad desconocida que van desde apariciones, pájaros, luces, temblores;  bueno ya sólo faltaban cacerolas voladoras. En vez de que todo lo anterior nos causara asombro, nos deja con un sin sabor de que fregados esta pasando. No tanto por curiosidad de saber los misterios, si no que de plano todo ese espectáculo no tiene sentido.

El libreto de Rodrigo Cortés es un desastre al no tener un objetivo claro de que es lo que pretende hacer. Por un lado trabaja en hacer de los fenómenos paranormales eventos casuales que se explican con sentido común y luego en el desenlace lo tira todo a la basura con una revelación de la cual presume en una secuencia de escenas que afirman que las respuestas estaban a la vista de todos. Si hubiera mantenido control de tantos elementos que se disparan para todas partes o tan siquiera dado señales de que es lo que el personaje de  Tom Buckley buscaba, lejos de una obsesión por destruir charlatanes, entonces la revelación hubiera tenido el impacto deseado y no el de piquetes en en los glúteos para levantarnos del asiento.

 

Como director, Cortés tiene sus aciertos en lograr que algunas escenas tenga una intensidad inesperada, sólo que no en donde debería o en el momento apropiado. En pocas palabras, se hace bolas al no poder crear una narración coherente, llegando inclusive a la necesidad de una batalla a muerte en un sanitario con humanos que tienen cráneos de titanio, capaces de romper tazas y lavabos. Es difícil creer que esta cinta sea del mismo director  de ‘Buried’ (Sepultado) con Ryan Reynolds, porque si algo ha dejado claro es que puede exprimir una buena interpretación de los actores, nada más no le ofrezcan extensos guiones porque se confunde.