Con tantas cintas animadas produciéndose en masa, debido a la gran diversidad de estudios buscando el dinero proveniente de las familias que asisten al cine. Llega a la pantalla una aventura tropical que explota al máximo la locación de Rio de Janeiro.
La trama comienza con una escena llena de alegría y color al puro estilo Disney, pero sin serlo. Cuando menos nos damos cuenta estamos ante el origen de un amor que trasciende especies, estos momentos están tan bien calculados que hacen que el desenlace tenga la fuerza necesaria para emocionarnos.
Como si se tratara de un especial para promocionar a Río, nunca antes había visto una película animada reproducir toda una ciudad con realismo, por lo general son lugares cerrados y recónditos, pero aquí el director Carlos Saldanha nos ofrece vistas panorámicas con colores extravagantes que sólo una computadora puede producir. Este es uno de los pocos casos que la cinta se beneficia del 3D para permitir una verdadera experiencia.
En este tipo de películas es arriesgado realizar números musicales, por lo general son para aumentar la duración y no resultan tan motivadores. Luego resulta que es de los creadores de «La Era de Hielo» así que me entraron más dudas de que esto fuera a funcionar, por fortuna estaba equivocado porque logran plasmar ese tono distintivo a la producción que hace que funcione.
Todo los elementos visuales de la trilogía están visibles, pero es en mi opinión que Saldanha debe de recibir el mayor de los créditos por lograr infundir una alegría constante a los personajes que habitan en tan distintivo lugar y por lo tanto a nosotros bailando Samba. Aún cuando nos da una versión light de los problemas sociales, es entendible que busca la diversión y aplaudo la decisión de mostrarnos un poco de las famosas favelas.
A lo largo de la cinta existen una buena cantidad de persecuciones que permiten entretener a los peques , los personajes también son los suficiente llamativos, aún cuando el inseguro protagonista de «Blu» no sea del todo un imán de carisma, pero tampoco resulta artificial al momento de buscar nuestras simpatías, y eso es precisamente lo que agradezco.
Me hubiera gustado que «Rio» hubiera sido más cautivadora como lo fue en el desenlace. Los últimos quince minutos en lo personal fueron la combinación perfecta entre acción y emoción que me mantuvo al filo del asiento, aún cuando estaban ocurriendo varios sucesos al mismo tiempo no eran motivo para sentirse perdido. Creo que por ser una trama sencilla , en la cual la mayoría del tiempo seguimos a la pareja de guacamayas, no se siente el peligro incesante de Nigel o la verdadera amenaza de los traficantes de aves, algo que «Buscando a Nemo» supo realizar a la perfección.
Trailer Rio