Crítica: Robo en las Alturas

Todavía tengo cierto rencor al director Brett Ratner por X-Men: 3. Es la más insípida secuela que haya visto, llena de momentos perdidos y caracterizaciones irreverentes. Si esto hablando en especial del «Fénix» (Jean Gray), pero eso hay que reservarlo para otra ocasión.

Pero ahora lo que nos ocupa es «Robo en las Alturas»,  en lo que se supone que es una película con ciertas aspiraciones versión económica  tipo «Ocean’s Eleven» marca patito que compras porque no tienes el dinero suficiente para algo mejor.

Aún cuando la trama no tiene mucho de original, resulta tener una fortuita relevancia en estos tiempos donde las protestas hacia «Wall Street» son motivo de censuras en los noticieros norteamericanos. El hecho de que el villano sea especialista en el manejo de fondos de inversión y haya desaparecido el dinero de los empleados de la «Torre», un elegante edificio que hasta tiene sirvientes para pasear a las mascotas, recuerda a la buena cantidad de personas que fueron victimas de la crisis en 2008.

El mayor atractivo de la película resulta ser el elenco involucrado. Con Ben Stiller a la cabeza, en un personaje demasiado rígido para lo que nos tiene acostumbrados, es como si estuviera canalizando algún maestro de Hogwarts. Pero lo más llamativo es la participación de Eddie Murphy, quien no le ha ido tan bien recientemente y que con está película da esperanzas de que tiene aún futuro como actor cuando obtiene canalizar su paz interior y logra cierto control en sus interpretaciones. No puedo creer lo que estoy escribiendo, pero es gracias a él que el filme logra darle un ligero empujón de la mediocridad que la invade.

Al principio la película no llega a interesar tanto como lo promete en su publicidad, se toma su tiempo en presentarnos los personajes y en especial el majestuoso escenario de lo que es la vida en un edificio de lujo. Eso no es del todo negativo, si no fuera que es tan aburrido y hasta me estaba haciendo dudar en donde estaba contenida la comedia en lo que se estaba volviendo una gris serie criminal. No es hasta que aparece el típico africano-americano recién salido de la cárcel que fin logra inyectar algo de energía a un elenco que con sus individualidades no lograban sostener la película, porque parecían más caricaturas con frases o dichos de segundos que se las llevaba el viento.

El plan es de los más básico posible: entrar al departamento, encontrar la caja fuerte y robar el dinero que tiene escondido Arthur Shaw (Alan Alda). Para nuestra fortuna. todo se complica con cambios de último momento y es cuando se presentan algunas muy necesitadas sorpresas y risas necesarias para pasar un momento agradable de entretenimiento.

Por supuesto que existen incoherencias que son necesarias para que la cinta funcione, en especial el caso de la agente del FBI  Claire Denham (Téa Leoni) quien debe de ser lo demasiado estúpida para ir a una cita de la corte con una sola llamada de quien sabe quién y presentarse en las oficinas para darse cuenta que nadie está laborando. Pero eso sí, es demasiado astuta para atrapar al gran evasor de la justicia que estaba fingiendo un secuestro. Luego tenemos la incredulidad de mover una gran cantidad de peso sobre dos cables, trasladarlo en un elevador y esconderlo en el techo. Y al final nunca sabemos el destino de Slide (Eddie Murphy), ha de ser la escena que le pidieron hacer al actor pero que el quería cobrar la módica suma de $500, 000 dólares.

Al final la película logra salvarse por un pelo. Sin duda tiene sus problemas y grandes dudas de que este basado en la realidad en la que vivimos, pero considerando las malas referencias del director , esto pudo haber sido peor.