Inicia con una secuencia de escenas en donde el diálogo consiste en mofarse de lo tontas que son las películas de terror al seguir reglas que se han establecido con el paso de los años. Acertadamente no pierde tampoco la oportunidad de ser cómica con el uso de la película «Stab» (Acuchillada) como ejemplo de que se ha perdido la sorpresa ante los ataques inesperados del asesino malvado. Si no fuera suficiente, hasta hace crítica de la excesiva cantidad de secuelas que se reproducen como conejos.
Debo aclarar que jamás he visto la trilogía, y quizás me tome el tiempo sólo por curiosidad. Para los perdidos como yo, por fortuna los personajes dan su breve explicación del legado que tiene «Ghostface» en el pueblo que cuenta con un pésimo cuerpo policiaco. ¿Qué paso con el CSI que tanto se presume en la TV? El Sheriff se la pasaba de un lado para otro solo reaccionando a los eventos, ya no sabía si era parte de la parodia o crítica al sistema de justicia. En fin, no sólo es la incompetente policía la que envió de vacaciones sus neuronas, si no el grupo de bellas damas que son víctimas del nuevo asesino. Primero nos presumen sus extensos conocimientos del género de terror, para dejar a un lado toda su materia gris y ser fuentes vivientes de sangre brotando por su ser. Y puedo seguir escribiendo como comete los mismos errores de los que tanto se burla.
Pretende ser lo suficientemente autoconsciente que la misma fórmula que utiliza para demandar cada detalle que hemos visto antes se vuelve tan repetitivo que para la hora de duración de la cinta ya uno esta fastidiado. La misma novedad que pretende implantar se vuelve un impedimento para disfrutar las breves escenas de acción, digo breves, porque la película es demasiado extensa, se la pasan platicando la mayor parte del tiempo de lo desconcertados que estan; pero son como gallinas que están a punto de ser caldo.
El director Wes Craven hace lo que puede con un libreto que sólo se disfruta en el desenlace, cuando por fin todos se callan la boca y la valiente Sidney (Neve Campbell) se dedica a combatir el malvado. Nos ofrece suficiente dinamismo en las tomas de cámara y uno que otro momento de sorpresa, pero de nuevo regreso a lo mismo, ¿Cuántas veces puedes gritar que ahí viene el lobo para que te crean? Por eso el clímax resulta tan efectivo, ya no te anda tentando y se dedica a darnos los chorros de sangre que son envidiados por los hospitales.
No me puedo quejar de las actrices, ni de Hayden Panettiere (Ex-porrista de la serie de TV Héroes) con su peinado recién sacado del centrifugado de la lavadora, no sabía si mirar para arriba o para abajo. Luego estaba el rostro icónico de Rory Culkin recordándome a su hermano, pero con larga cabellera. Lo que si me hubiera agradado demasiado es que la cinta se enfocara más en Sidney, porque emocionaba la actriz al momento de tomar cartas en el asunto, parecía como la versión light de Buffy. Hasta la actriz Courteney Cox me dejaba sorprendido con su personaje con actitud de detective, dispuesta a atrapar el asesino. Sin duda se tenían los elementos suficientes para poder ser más que la secuela de la trilogía, es el guión tan soberbio que no hace lo contrario a lo que tanto crítica lo que termina por apuñalarnos en la garganta.