Crítica: Shrek Para Siempre

Imagen de Shrek y Rumpelstiltskin

Esperaba un gran final épico para la saga del ogro verde, pero por lo visto los productores comprueban que fue la codicia lo que prevaleció al crear una secuela que deja mucho que desear. La trama equivale a lo que cualquier caricatura sabatina nos ofrece y no justifica el gasto para asistir a una sala de cine.

Shrek es engañado a firmar un contrato con Rumpelstiltskin para que en un sólo día nadie se acuerde de su existencia y pueda regresar a los añorados tiempos en que su presencia causaba terror entre los aldeanos. Durante más de una hora los guionistas nos ofrecen versiones alternas de los protagonistas, haciéndonos recordar el carisma de los personajes, con uno que otro momento meloso entre Shrek y Fiona, pero nada que trascienda lo que alguna vez fue una película animada con tintes irónicos de lo producido por Disney. En pocas palabras están cobrándonos todo el amor que les tenemos a los personajes para soportar cualquier aventura que les ocurra sin nada de la propuesta de lo que fue.

En momentos, Shrek se comportaba como si fuera víctima de alguna tragedia griega. Los escenarios futuros eran desoladores, lo cual no había de donde sacar momentos felices de la desgracia que asolaba a la tierra de Muy Muy Lejano. La escasa comicidad era extraída de los modismos de los personajes que ya conocemos y no porque exista un adecuado guión que haga uso de situaciones cómicas o frases que provoquen carcajadas. Es como si quisieran exprimir lo último que quedaba del producto antes de mandarlo a la congeladora.

Los niños gustosos de ver al ogro verde les encantará, no se pondrán a pensar en los detalles antes mencionados ni menos fijarse que «Burro» dejó de ser chistoso y ahora se convirtió en una gallina espantada con cerebro ; que el Gato con Botas dejó de ser heroico para aumentar su masa a la de una figura geométrica; Fiona se ha vuelto en una guerrillera amazona y hasta la Galleta de Jengibre dejó su amable personalidad para convertirse en mercenario.

Pero les voy a contar que me gustó a pensar de lo negativo que esta resultando la crítica. Me gustó el enfoque de la relación amorosa de Shrek y Fiona, los momentos en los que estaban juntos y hasta los intentos del ogro por conquistarla, me hizo recordar porque son una pareja destinada a la felicidad. Lo mejor es que no se vieron forzados los momentos románticos.

Al final resulta ser una mezcla entre las añoranzas de lo que fue con escasos momentos cómicos y una que otra escena que vale la pena. Doy gracias que la saga de Shrek haya llegado a su fin, quien sabe que hubiera sido de un Shrek 5 con una versión más light de lo que alguna vez fue.