Hay películas a las que no les puedes pedir demasiado, de lo contrario no sería tan divertido. Este viene siendo uno de esos casos en donde es mejor dejarse llevar por el momento y no pensar demasiado.
Eddie Morra (Bradley Cooper) es uno de esos tipos que con mirarlo no le vemos demasiado futuro. Entonces para su fortuna llega su hada madrina en forma de una píldora maravillosa que le permite hacer sus sueños una realidad. Las contraindicaciones de tal medicamento son una plaga de problemas que lo acechan a cada instante para satisfacer nuestra demanda de entretenimiento.
No existen demasiadas explicaciones de como funciona la droga y quizás no sea necesario, porque después de todo estamos siendo testigos de la vida de Eddie a través de sus constantes diálogos, no de un documental de fármacos. La trama nos mantiene interesados debido a las posibilidades de que un hombre pueda utilizar toda su capacidad mental. ¿Hasta dónde sería capaz de llegar? Lo que más o menos se plantea es que si no fuéramos limitados por nuestra inteligencia haríamos todo lo que se nos complazca, acaso, ¿no tiene que ver el autoestima o los miedos que hallamos desarrollado también? Nunca se nos llega a dar una respuesta como tal y tal vez soy yo el que le busque más detalles a un guión interesado en brindar momentos de tensión con las mismas fórmulas de siempre.
La dirección de Neil Burger permite cierta frescura a las escenas, con tomas de cámara dinámicas y demasiados escenarios al aire libre hacen que la producción no sea catalogada como otro producto más de Hollywood. También es necesario aclarar que la actuación de Bradley Cooper permite que simpaticemos con su personaje, sin pedir demasiado su carisma es lo que hace soportarlo todo el tiempo mientras se hunde cada vez más con los efectos de la droga.
Entiendo que la figura de Robert De Niro necesita ser respetada al grado de hasta aparecer en los promocionales; pero nunca su personaje llega a sobresalir, se vuelve en un estorbo de los muchos que tiene que sortear Eddie y en verdad que pudo haber sido otro actor sin tanto renombre haciéndose pasar como un hombre de negocios hambriento de más fortuna. A momentos parecía que estaba actuando porque no tenía nada que hacer.
Otro de los detalles es que al parecer el grupo selecto de adictos a la droga sólo buscaba hacerse millonarios, nunca tratando de hacer el bien, entonces me hace pensar que nadamás estamos en la búsqueda de poder. Luego, ¿por qué Eddie continua todas las reglas establecidas por la sociedad para lograrlo? ¿Es acaso para despistar? Si así fuera, él tiene la idea de que hasta que llegue a una posición de liderazgo importante podrá cambiar las reglas establecidas.
Creo que la cinta me dio mucho que pensar y por eso se me ha hecho interesante. Lo que no estoy de acuerdo es que perdió la oportunidad de ser algo más que un thriller de tantos y ser cautivante al tener una moraleja que la haga trascender a la producción. Sin embargo, funciona más como entretenimiento y tampoco hay que culparlos porque logran su objetivo.