Yo tengo un nombre para este filme: «sorprendente». La sensibilidad del escritor y director Cary Fukunaga, para plasmar el sufrimiento de migrantes centroamericanos es admirable. En todo momento pude creer las situaciones tan difíciles que tienen que pasar los protagonistas y es de reconocer la seriedad con la que se trata el tema de la migración.
Sin tintes políticos , ni moralejas que contar. Fukugana se enfoca en contar las vidas de Willie y Zayra, en lo que en un inicio aparentan tener nada en común termina en dos destinos unidos por un momento de catarsis.
A diferencia de Slumdog Millonaire, en todo momento sabes en que momento te encuentras en la historia, así que no esperen la fantasía y el buen espíritu que transmitió Jamal y Latika. Esta película es cruel, impactante pero muy intrigante.
Te mantienes en estado de tensión durante una buena parte del filme y debo también de agradecer que existen momentos tranquilos pero nada desperdiciados, que ayudan a cimentar los personajes y te preparan para lo que esta por seguir.
Es al final en los últimos minutos de la cinta cuando la tensión disminuye y no me impacta tanto , pero aún así no me hubiera gustado que terminara de otra forma.
Con justa razón esta película ganó el premio a mejor fotografía y dirección en el festival de cine Sundance. Los paisajes son admirables y las tomas de camara que se manejan me hacen dudar de lo novato que resulta Cary Fukunaga.
El filme no es para todos, hay momentos como ya lo mencione antes, crueles y repugnantes. El melodrama afortunadamente se maneja a un mínimo y ayuda a mantener la tensión , las actuaciones de estos actores inéditos te ayudan a mantenerte al filo del asiento y personajes que fácil pudieron caer en estereotipos caricaturescos son manejados sin tanto glamour , como es la realidad y punto.
Lástima que no pudieron grabar en Estados Unidos. Torreón no es Reynosa, ni el Sams Club y un Cinépolis cualquiera tampoco hacen Texas.