Crítica: Thor

Chris Hemsworth interpreta a Thor

¿Siempre te vistes así?… te queda bien.

Ha llegado el verano  cinematográfico,  tenemos ya en cartelera las primeras propuestas y las siguientes vienen en una sucesión bastante normal, donde el premio es la taquilla y las victimas o afortunados son los espectadores.

Es posible ver la última película de la saga de Rápido y furioso que ha tenido un gran éxito en taquilla, Marvel por otro lado nos ofrece su Thor, superhéroe con el que nos tendremos que conformas ante el “lamentable» retraso de linterna verde en nuestro país.

La producción de Thor generó expectativa desde la secuencia final de Iron Man 2, posteriormente se mostraron las primeras imágenes de Chris Hemsworth, que no dejaron satisfechos a todos. Con el paso del tiempo los avances de la producción iban aumentado las dudas sobre Thor, y en cierto punto pareció incluso que la película sería lamentable en el mejor de los casos. Posiblemente esta situación juegue a favor del filme, pues se esperaba realmente poco del mismo.

Del realizador Kenneth Branagh pueden decirse muchas cosas, pero me limitaré al hecho de que es ciertamente extraño que le hallan ofrecido a él este tipo de proyecto, con el cual ha tenido resultados contrastantes.

De inmediato resulta evidente lo difícil de mantener el balance en la trama, pues pasamos de un prometedor y enérgico inició a un mediocre desarrollo, donde por momentos parece que estamos ante dos propuestas completamente distintas, por la carencia de cohesión de las mismas. Iniciamos en Aasgard el hogar de los dioses, concebido como una extraña mezcla entre clasicismo y modernidad, encontramos ante nosotros una serie de efectos medianamente aceptables, un diseño de producción y vestuario excelente,  no así la interpretación de algunos de los personajes.

Anthony Hopkins parece haber perdido el brillo que lo caracterizaba,  se le nota limitado, incomodo en su papel, apabullado por la rigidez  exigida por este tipo de producciones con pocas oportunidades de demostrar su calidad actoral, por otro lado tenemos al joven Thor que hace gala de una forzada y a momentos cómica arrogancia, este tipo de actitudes pasarán a ser chistes recurrentes a lo largo de la película, donde el cambio de actitud del  protagonista no logra sustentarse adecuadamente.

En Loki tenemos al típico personaje orillado a la maldad por las circunstancias, desafortunadamente la forma en la que es interpretado y su papel en esta historia lo hacen palidecer en comparación con su homologo de los comics. No podemos olvidar a los secundarios que  obedecen a la típica configuración de la banda de amigos.  A pesar de sus limitaciones la primera parte del filme, desarrollada en Asgard, cumple al entretener, nos ofrece un escenario interesante, hay acción, intrigas y un maquillaje bastante cuestionable. Técnicamente esta primera parte es aceptable, a pesar de que Branagh nos regala una  criticadísima serie de planos holandeses, que a razón de la crítica y la academia no tienen justificación dramática, aún así hay algunos bastante logrados.

El principal problema de la película comienza cuando cambian a Asgard por la Tierra, el ritmo cae gravemente y entramos en una etapa de comedia involuntaria que no aporta nada y que únicamente hace ver ridículos a los actores.

El papel de Portman cobra más importancia aunque  puede decirse que lo limitado de su personaje no le ofrece mayor rango dramático, por grandes momentos la tenemos en pantalla, donde increíblemente no tiene naturalidad, lo cual se agrava con una Kat Dennings cuya gracia radica en una irónica espontaneidad.

Aun así Natalie Portman en su papel de Jane Foster será parte vital del viaje iniciático de Thor, que lo llevará de un salvaje troglodita a un sabio y prudente guerrero. Tristemente las partes de la trama que transcurren en la tierra no tienen modo de competir con las llevadas acabo en Asgard, ni de en función de la historia ni en la ejeucion de la misma, pues el hecho de estar intercalando lo que sucede en ambos lados no beneficia del todo a la película.

Inteligentemente para el cierre de la película se optó por retomar los elementos iniciales; es decir un Thor completo  y un escenario con mayores posibilidades, desafortunadamente esta decisión luce tardía y al final parece que nos encontramos ante una visión incompleta, que deja al espectador anhelando un verdadero comienzo y no sólo un esbozo sobre este héroe.

Estamos ante una película de aproximadamente dos horas y aun así el manejo que se le dio a  la historia hace que la misma luzca incompleta y a momentos tediosa, aun así Thor ofrece entrenamiento por momentos y se erige como digno comienzo de una saga que aún tiene mucho por mejorar.