Crítica: Transformers 3 – El Lado Oscuro de la Luna

Al menos algo bueno que se puede decir de esta película , es que es consistente con las dos anteriores. Tiene la misma estructura de ser una hora y media de comedia con una que otra batalla y el resto en una gran orgía de explosiones hasta que no haya ángulo de cámara capaz de hacer ver original las mismas luchas a muerte de robots una y otra vez.

Pero para variar voy a comenzar con los aspectos positivos de la tercera oportunidad de Michael Bay de redimirse de los daños causados con Transformers 2 – La Venganza de los Caídos.

Los primeros minutos en donde nos relatan la carrera espacial, son lo más cercano que han llegado a transmitir algo de transcendencia en todo este embrollo de extraterrestres mecánicos. De ahí en adelante somos testigos de la desgraciada vida de  Sam Witwicky (Shia Labeouf) con todo y sus connotaciones cómicas, nuevos personajes que logran hacernos reír y una que otra escena de acción con el nuevo Decepticon llamado Laserbeak. Este último es uno de los mejores personajes por el bando de lo villanos que por fin logra transmitir el terror que debe de causar una máquina asesina.

Al llegar a la gran batalla final en donde los efectos especiales de los que tanto fue tan duramente criticado Bay por su incapacidad de elaborar una escena de acción coherente, sin poder distinguir que chatarra esta peleando con quien, ha sido dramáticamente eliminado en esta secuela. El hecho de haber filmado para aquellos hambrientos del 3D,  logró que por fin descubriera la cámara lenta y nos regale una valiosa apreciación visual de lo que sucede y hasta el tiempo de suspirar de satisfacción.

Al parecer el director también descubrió que hay otras formas de elaborar escenas de acción que no involucren explosiones de autos, casas u edificios;  y si lo hubiera , al menos presentar tantas variaciones como fuera posible, un claro ejemplo en la secuencia en un edificio en continua inclinación, en donde nuestros protagonistas deben de luchar contra la gravedad y no siendo suficiente, sobrevivir de la amenaza Decepticon. Hubo momentos (lamentablemente breves) en donde por fin logra transmitir un sentimiento de desolación ante la destrucción de las que somos victimas, llega a un punto que hasta presenciamos la muerte de varias vidas humanas de una forma cruel y despiadada. Lo más gratificante fue una lucha a muerte entre Optimus, Megatron y Sentinel Prime que lo único que me provoco fueron lamentos de que estas escenas no hubieran sido una constante.

La saga de Transformers es el resultado de un público que requiere divertirse en la salas de cine sin importar que no exista ni el mayor esfuerzo por un guión decente, es la combinación de comedia con grandes explosiones lo que mantiene satisfecha a la audiencia y por lo tanto los bolsillos de los productores. Si llegará a existir una secuela de la mano de otro director, dudo mucho que vaya haber alguna diferencia considerando que el gran nombre de Steven Spielberg se encuentra incrustado en la producción.

Ahora, si no desean una buena dosis de acidez, les recomiendo que vayan a ver la cinta y si gustan, regresen a la siguiente parte. Ya si de plano quieren pretextos para no ver la cinta entonces también continúen leyendo.

Las noticias del escándalo que provoco la salida de Megan Fox es la más sensata explicación que van a obtener, porque el guión la despacha con odio y rencor de que al pobre de Sam no fue valorado lo suficiente para ser el amor de su vida. Dos películas declarándose amor verdadero para desecharla de tal forma, al menos la hubieran matado en un ataque Decepticon. En los primeros momentos que la cámara se enfoca a la nueva chica Transformers, sólo escuchaba desilusión alrededor de mi asiento por parte de los varones.  Ya recorriendo algunos minutos empecé a notar lo agradable que es la chica, nada de presumida como Megan, pero sigue siendo el mismo papel de grabadora descompuesta que se dedica a gritar una decena de veces el nombre de Sam, no puede sujetarse correctamente, siempre la tiene que uno andar rescatando y lo peor que se congela de forma cómica en medio de la batalla.

El guión de Ehren Kruger es una vergüenza, la caricatura tiene mayor contenido en un episodio de media hora, que los 155 minutos de los que somos testigos. Otra vez se siente extenso e innecesario tanto tiempo de duración, si no fuera porque en esta ocasión en algunas escenas sabía quien estaba peleando con quien, de lo contrario ya estaba al borde del fastidio. Los diálogos durante la gran batalla final son dolorosos de escuchar, llegan a ser tan patéticos que se tienen que robar la famosa frase de Spock (la voz en Estados Unidos de Sentinel Prime es interpretada por Leonard Nimoy).

De nuevo los Transformers son relegados a sonidos y frases, lejos de ser un grupo de refugiados atormentados porque su planeta a sido destruido y lo peor el ser dependientes de una raza diminutiva que los vigilan a cualquier  movimiento, teniéndolos como agentes militares que garantizan que cualquier cliché de villano no altere la paz mundial. Casi me pongo del lado de los Decepticons con su disque líder Megatron, que en vez de causar temor , da lástima. Como si no hubiera suficientes personajes, tenemos el arribo de Sentinel Prime, que  un momento sin mucho aviso se transforma el plan maestro de los villanos en al parecer algo majestuoso.

Todo esta elaborado de tal forma que lleguemos a una gran batalla final donde el planeta esta en peligro, pero lo hacen de forma tan inverosímil, que nada tiene sentido. Se consiguen enemigos de la nada que oportunamente estaban arrumbados bronceándose en la Luna, escogen a Chicago como la base de operaciones (¿Cuánto habrá pagado Donald Trump porque muestren su edificio de nuevo?), se ubican en el lugar más vulnerable para atacar el único dispositivo que puede detener la gran catástrofe, se tardan horas en llevar a cabo el plan que cuando toda la acción se lleva a cabo ya ni me acordaba de que había robots en el edificio amenazándonos con destrucción.

Doy gracias que Michael Bay no va a regresar, espero que existe un director capaz de valorar lo que es Transformers y logre magnificar esos breves momentos de grandeza que al menos se alcanzaron en esta tercera parte.

Decir que esta cinta es la mejor de la trilogía no es halago, es tristeza de que sea lo mejor que este director pueda hacer.

Trailer Transformers 3 – El Lado Oscuro de la Luna