`De panzazo’, tibio y propagandístico reclamo al sistema educativo mexicano

Mucho se hablo de éste documental al menos por más de un año, y no me sorprende, pues no solo la cadena de cines más poderosa del país, me refiero a Cinepolis, la patrocina, sino que el periodista Carlos Loret de Mola, un mimado de Televisa, la cadena televisiva más poderosa de México, también estaba involucrado. A esto le sumamos que el tema a tratar es por demás delicado y muy importante: la educación. Quizás junto con la inseguridad y corrupción, es el tema de todos los días en un país que no presume de buena manera, ante los ojos del resto del mundo, buena fama, al menos es esos tres aspectos.

Cómo bien sabrán, o quizás no, el director general de éste arriesgado trabajo es Juan Carlos Rulfo, experto mexicano en documentales, y reconocido mundialmente por trabajos cómo El abuelo Cheno y otras historias, Del olvido al no me acuerdo, En el Hoyo y Los que se quedan; es por eso que ver su nuevo trabajo despertaba unas ansias tremendas en el público en general, aunque mayormente en la crítica que tanto cobijo y respaldo le han dado. Desafortunadamente Rulfo tuvo la mala suerte, no se si fue por imposición y mala jugada, de contar en sus filas con Loret de Mola. Digo, que veracidad tiene creer en un hombre que dijo explícitamente que “Leer esta sobrevalorado”, es decir, no hace falta. Y ahora nos viene a decir que si. ¿Le creemos?

De panzazo tiene la misma fortuna que la taquillera Presunto culpable, ambas indagan en un tema que a todos nos interesa y muy rico en contenido y de donde se puede extraer infinidad de cosas. Medio trabajo esta hecho, al menos el público ira a verla, eso me consta. Pero en realidad ¿vale la pena? Habiendo visto lo que vi, diré que si, y que no. Me explico. El documental empieza potente y se va acrecentando, todo un acierto que se documente no solo escuelas en el DF, sino en varias partes del país. La interacción con los alumnos y las diferentes entrevistas están bien logradas, al menos la mayoría. Y la hipótesis central esta clara: ¿Quién es el responsable de la mala educación en México? A partir de ahí somos testigos de cuatro vertientes más o menos logradas.

Los alumnos, los maestros, los padres de familia y las diversas asociaciones políticas, estás cuatro, son a priori de lo que tanto Rulfo cómo Loret tratan de indagar y profundizar para llegar a una respuesta coherente. Pero conforme avanzamos nos damos cuenta que lo interesante de la premisa se va diluyendo y se va ramificando por caminos que parecieran estar incluidos más por capricho y por relleno, que por utilidad. La historia del niño y su madre que lavacoches pareciera estar metida para darle ese tono sentimentalista y emotivo, no me desagrada, pero tampoco me convence. Lo mismo con los niños criminales que dejaron los estudios y se dedicaron al narcotráfico, en apariencia un tema muy potente pero que desafortunadamente es tratado superficialmente. Una lastima ya que pudieron sacar material increíble.

Lo que respecta a esos momentos cómicos, principalmente la entrevista a Elba Esther Gordillo, o diversos momentos en las aulas con los estudiantes, son en realidad correctos, digamos que no perjudican al ritmo de la trama, misma que por momentos se siente algo lenta e irregular. Y es que también lento e irregular es la trama completa, ya que contiene momentos muy altos y otros muy por debajo de lo esperado, cómo los estudiantes de las escuelas privadas. En lo que respecta a los datos que Loret proporciona, y lo hace hasta el cansancio, no tengo una queja formal, sirvieron para marcar cifras que quizás mucha gente no conocía, pero fuera de eso, nadamas. Da la sensación de que había un potencial tremendo en todo lo referente al sistema educativo, pero una vez acabado el documental, te queda el mal sabor de boca de que fue solo un intento que se quedo en el montón. Fácilmente olvidable.

Y más olvidable si recordamos ese nefasto tramo final, no solo por la melosa e irritante canción de fondo, sino por el discurso malogrado de Loret de tratar de entrar en los corazones del público y que juntos ayudemos a resolver éste problema, pues somos familia y todos somos culpables. Vaya, se ve que Televisa se esforzó en vendernos un producto más de su calibre para idiotizar al público. Lo lamento por Rulfo, pues creo es el menos culpable, pero personalmente no me trague esta historia de redención,  sin embargo si disfrute algunos momentos y  compartí ciertos argumentos más que validos, mayormente de los alumnos, pues a final de cuentas sigo siendo uno de ellos. Por lo demás, ya se los dije, tenía potencial y una intención interesante, pero debido a ciertos personajes e instituciones, que ya nombre, pierde todo interés, de igual manera se las recomendaría para que emitiesen un juicio.