Kick Ass 2, descafeínado

Uno puede recriminar Kick Ass por su uso intensivo de violencia, las palabras altisonantes de una niña de 11 años o el abuso psicológico de un padre; pero no por haber puesto en ridículo a varias películas de súper héroes que nos insultan con sus fantasías estimuladas de efectos visuales.

Es una lástima que la secuela sufra demasiado de la ausencia del director Matthew Vaughn (X-Men: primera generación). Con cada minuto, nos damos cuenta que se carece de los elementos que hicieron de Kick Ass algo único y digno de adoración. Aún cuando el nuevo director al mando Jeff Wadlow (Never Back Down) tiene todas las intenciones de mundo; simplemente su talento no le alcanza. Quizás podemos culpar a Vaughn que realizó un trabajo algo complicado de superar. Lo más decepcionante es que Wadlow tenía con que, si no para superar, por lo menos para igualar lo realizado en el 2010. Es inevitable que al salir del cine te sientas vacío, como que le faltó algo.

Heroes-vs-Villano

En esta ocasión el libreto del también director Jeff Wadlow continua presentándonos los inconvenientes de ser un superhéroe moderno. Por un lado Kick Ass (Aaron Taylor-Johnson) extraña combatir el crimen a lado de la siempre letal Hit Girl (Chloë Grace Moretz), sólo que la ahora adolescente influenciada por su tutor: el Sargento Marcus Williams (Morris Chestnut), decide tener una vida normal0, que como recordarán, fue robada por su padre en su intento de venganza. Por fortuna Kick Ass encuentra un grupo muy afin a vestirse con dizfraces, incluyendo el tan anunciado Coronel Stars-and–Stripes (Jim Carrey), su amigo Marty (Clark Duke) como Battle-Guy, y la bella Night-Bitch (Lindy Booth).

Abandonando Red Mist su identidad de superhéroe, decide concentrar sus energías en ser el primer supervillano con un nombre no apto para menores. Para lograr su propósito recluta a un grupo de rufianes que carecen de personalidad o cualquier detalle interesante, con excepción de Mother Rusia (Olga Karkulina), que resulta ser de lo mejor que tiene la secuela. Hubiera preferido mil veces observar las desgracias que provoca en el mundo Mother Rusia, que cualquier absurda situación en la que se involucra The Motherfucker; por la simple razón de que me recuerda a la destrucción masiva que provocaba Hit Girl, sin olvidar una pizca de diversión.

Coronel Stripes  y Kick Ass

La comedia que servía para el sabor amargo de las escenas con violencia extrema; es casi inexistente. No tanto porque no se intente, si no porque las personas encargadas para lograrnos hacer reír no son capaces de hacerlo. Tenemos a un villano que no esta a la altura de las circunstancias, aún cuando el actor Christopher Mintz-Plass (The Motherfucker) tenga toda la intención, el hombre no tiene la capacidad para mantener nuestra atención. Los chistes alrededor del personaje con su disfraz, actitud, guarida secreta y hasta su sequito de seguidores, es de lo poco que nos provoca una sonrisa. Sin duda se necesitaba una presencia más impactante, que literalmente robe cámara en cada escena.

Hablando de actores con capacidades egocéntricas, la participación de Jim Carrey es una oportunidad pérdida. Uno podía asumir que por sus credenciales sería un adecuado sustituto a la figura de Big Daddy (Nicolas Cage), inclusive brindando un aspecto de comedia o por lo menos crear un personaje memorable. Pero las comparaciones salen sobrando; el hombre no tiene el material, energía o el tiempo suficiente para dejar una buena impresión. El que haya rechazado hacer publicidad de la cinta por motivos personales, da más pauta a entender que no estuvo satisfecho con su trabajo.

Mother-Russia

Ausente durante la mayoría del tiempo es el sentimiento de heroísmo que tanto anhela Kick Ass. El orgullo de ser un protector de los indefensos se intenta reproducir cuando los integrantes de Justice Forever logran combatir el crimen, aún así , no se tiene un momento digno de tener un clip en You Tube. Precisamente por la inclusión de este selecto grupo de superhéroes es que olvidamos a Hit Girl, que ahora tiene que conformarse con sus aventuras estudiantiles. Lo único positivo fue el grotesco desenlace que tuvieron el grupo de compañeras dispuestas a arruinarle la vida social.

Después de tanta distracción, es que la película al final pretende concentrase de nuevo en la rivalidad entre Kick Ass y Motherfucker. Para lograrlo se recurre a un acto de desaparición por parte de uno de los personajes principales, muy al estilo del Hombre Araña con su tío Ben. Todo lo anterior trae consigo una épica batalla entre personas con disfraces, con todo y la violencia extrema de la que estamos acostumbrados.

Night-Bitch-y-Gravity

Agradecido estoy en que se demuestre las consecuencias que trae el ser un superhéroe. Tanto Kick Ass como Hitgirl tiene que pagar por cada noche que deciden aniquilar criminales, lo cual los llena de dudas a tal grado que ambos están al borde de abandonar lo que dice ser su vocación. Es por eso que me lamento que teniendo tantos elementos positivos, estos no encajen del todo o que se pierda el impacto por falta de un director que no fue capaz de reproducir su propio libreto a la gran pantalla.

Si están dispuestos a conocer las nuevas aventuras de Kick Ass, es mejor que vayan con la idea de que será una experiencia diferente a la original. No alcanza a explotar su potencial, teniendo instantes de timidez que en otros tiempos hubieran sido expuestos sin excusas. Si no es del todo un fracaso, tampoco no tiene mucho para presumir. Estaré a la espera de que el director Matthew Vaughn vea el error de tener una potencial tercera parte sin él, de lo contrario, creo que acabamos de ver la despedida de Kick Ass.