Los Ilusionistas, cuando creer no es suficiente

La curiosidad por conocer como se elaboran los actos de magia es lo que en lo personal me intriga y me mantiene atento a cualquier detalle que pueda dar pistas de como fue realizado el truco. Como la mayoría de tiempo, nunca logramos deducir los secretos del mago y aún así quedamos maravillados por la belleza en la presentación o nada más por la emoción que creo en nosotros tanta expectación.

Los Ilusionistas es una película que por si misma pretende realizar un truco de magia. Empieza a seducirnos con unos simpáticos protagonistas haciendo espectáculos que desafían la realidad: El primero (Jesse Eisenberg) hace trucos con barajas, digno de un especial barato de cable; otro (Woody Harrelson) es un mentalista extorsionador; el siguiente (Dave Franco) supuestamente dobla cucharas, pero en realidad se dedica a robar carteras; por último (Isla Fisher) es una Houdini que realiza escapes demasiado arriesgados. Todos ellos tienen en común un personaje que esta en las sombras y que los invita a realizar espectáculos jamás vistos.

Los-Ilusionistas

El primer error que se comete es llevar sus actos de magia al extremo con el propósito de sorprender y no tanto porque tienen una explicación lógica. Es gracias a que el director Louis Leterrier infunde con energía su cinta con diálogos simpáticos, cortes veloces en las escenas y una banda sonora escandalosa; que logra distraernos de los incoherencias de un libreto que pretende ser más inteligente de lo que es.

Lo que no se imaginan es que la película es una casería de brujas para atrapar al grupo de ilusionistas. Resulta que en su misión por elaborar trucos cada vez más complejos, varias cantidades de dinero desaparecen misteriosamente de un banco en Paris. Es aquí que entra en acción Hulk, perdón, el agente del FBI Dylan Rhodes (Mark Ruffalo) y su compañera de la Intepol Alma Dray (Melanie Laurent). Suficiente decir que durante la mayor parte del tiempo sus esfuerzos no son tan fructíferos y se la pasan buscando pistas de un lado a otro, siendo constantemente superados por un aparentemente grupo de ladrones que se sabe todas las reglas del juego.

Policias

Las escenas de acción no serán tan novedosas, pero al menos mantienen la película a un buen ritmo. Lo único que interrumpe la adrenalina son los diálogos de los actores, que obligatoriamente después de un elaborado truco de magia tienen que explicar a la audiencia los detalles. Hablando de explicaciones, para eso tenemos el imprescindible Thaddeus Bradley (Morgan Freeman), que es una especie de destructor de ilusiones porque se la pasa haciendo especiales para la televisión que educan sobre los trucos de los magos. En donde sea que este, Morgan Freeman es como un sello de calidad, donde mínimo puedes decir que la película resultó regular, aunque se esta volviendo una constate que el hombre batalla en estos roles por la falta de material, hay ocasiones como que no se siente seguro ni de lo que dice. Sinceramente le quedan chicos los papeles de relleno que interpreta.

El filme en su afán de mantener en secreto quien esta detrás del asunto, evita darle profundidad a los personajes y sus motivaciones. Los cuatro ilusionistas principales con todo y que son interpretados por actores decentes, no tienen mucho tiempo dedicado para ellos mismos. Es el carisma lo que destaca sobre cualquier contenido. Menciones especiales son para Jesse Eisenberg y Woody Harrelson, quienes con sólo estar parados en medio de un escenario transmiten alegría. Lástima que no les ofrezcan más minutos, porque al final es un desperdicio de talento.

Morgan-Freeman

Es el desenlace es donde se derrumba la ilusión de ser algo más que la simple película veraniega. Con explicaciones que no son del todo convincentes, casi te imaginas a los guionistas sonriéndote de frente, como si hubieran sido tan listos en crear un gran libreto que solo pide el aplauso del público. Los últimos cinco minutos con un Morgan Freeman estupefacto ante la explicación de la mente maestra del complot, resultan ser más el reflejo de mi cerebro luchando por creer en lo que he visto, que cualquier brillante interpretación actoral.

La película de ‘Los Ilusionistas’ lleve en el nombre su penitencia, porque disfraza sus debilidades con luz y sonido proporcionado por el mago personificado por el director, pero cuando te das cuenta de como se realizó el truco, pues no es tan emocionante como parece. Depende mucho de que tanto aceptemos las explicaciones y en verdad hasta te sientes decepcionado de que no hayan podido cerrar de mejor forma.

La película es una digna opción de entretenimiento cuando no hay demasiadas opciones en la cartelera de cine. No será lo suficientemente convincente, pero tampoco es un desastre total como para ignorar.