Mi Villano Favorito 2, aún continua de favorito

En el remoto verano de 2010 una película con escasas expectativas sorprendió al público con un ingenioso libreto, divertidos personajes y con una médula sentimental que funcionó al no caer en la cursilería. Cuando anunciaron la secuela empecé a pensar en posibles aventuras que pueda tener Gru y llegue a la conclusión que difícilmente podría superarse a si mismo. Ahora con el estreno de la secuela me doy cuenta que estaba en lo cierto. Esta cinta no logra llegar al nivel de la original, pero al menos intenta distraernos con sus fortalezas ejemplificadas en los minions, un lógico desarrollo del protagonista y mucha diversión.

La primera diferencia que note es la falta de enfoque que tiene la película. A comparación de la primera parte donde estábamos concentrados en las maldades de Gru y su objetivo principal de robar la Luna, en la secuela se reduce a hacer un pésimo trabajo como espía y de paso encontrar el amor cuando ni tan siquiera estaba en sus planes. Ahora si que la vida de Gru se redujo al ser el de una padre normal, que por cierto no estaba mal, es sólo que los retos que tiene que asumir son tan comunes que das gracias que haya distractores para hacer ameno el rato.

Con la aparición de un villano anónimo aterrorizando al mundo con el robo de una súper fórmula secreta, es que la liga de antivillanos contrata las habilidades de nuestro protagonista para descubrir quien esta detrás de tan malvado plan. Uno pensaría que con el sólo hecho de ofrecerle una misión a Gru esto se supone que sería emocionante, si no fuera que lo envían a un centro comercial lleno de peligros en donde habita una gallina asesina. En serio, no estoy bromeando.

Lucy y Minions

Son los personajes (con una excepción) los que en esta ocasión salen al quite ante un libreto que no propone mucho que digamos. Tiene demasiadas escenas de relleno con los Minions. Es cierto que estos personajes se han ganado el aprecio de chicos y grandes, es solo que estaban rozando los límites de la sobreexplotación. La película depende demasiado de su presencia y no salimos de una de sus payasadas para caer en menos de cinco minutos en otra. Tampoco me opongo del todo, nada más lo mencionó como ejemplo ante la falta de desarrollo con el villano, las niñas e inclusive el futuro romance de Gru.

Ignorando los estereotipos culturales que tiene el malo llamado ‘El Macho’, el personaje es un asco. Entiendo que le quieran dar un toque distintivo con actitudes de un luchador mexicano que le gusta bailar: ¿salsa? Después de todo es una película infantil donde es aceptable la exageración, pero las motivaciones del personaje con su plan de dominio global son tan absurdas que sólo sirven para de nuevo explotar otra vez a los Minion. Su presencia es irritante, no contribuye en ser un reto para Gru y resultó ser ‘Pollito’ un mejor villano que el regordete.

Si existe un personaje que agradezco en esta secuela es la súper agente secreto Lucy. Es refrescante su comportamiento porque fácilmente pudo caer en situaciones trilladas, sin embargo el concepto de una agente competente, inteligente, simpática y hasta con sentido común para interrumpir desastrosas citas amorosas, hacen de Lucy una agradable adición al elenco y hasta entendible que Gru se mire en ella.

Algo que también extraño es la medula sentimental del trío de niñas. Aunque pretenden introducir el concepto de la necesidad de una figura maternal al núcleo familiar, este no es profundizado como hubiera querido. Es más, con excepción de Margo y su delirio amoroso, en esta ocasión las niñas no tienen mucho en que contribuir porque el centro de atención sigue siendo Gru y su progreso en el departamento del romance.

Me hubiera gustado un poco más de empeño en crear situaciones que nos convenzan de la validez de una unión entre Lucy y Gru. Con la existencia de una divertida escena que involucra una desafortunada cita amorosa, no tenemos ese momento clave que nos dice que estas dos personas están hechas uno para el otro. Agradezco el que no sean tan melosos en los aspectos sentimentales, es sólo que me hubiera gustado más empeño en crear al menos un instante mágico y no sólo en el final con una de las niñas haciendo una declaración de amor.

El Macho y Gru

Por cierto, ¿en el mundo de Mi Villano Favorito no han sido inventadas las dietas? Que fascinación de los animadores por dibujar personajes con problemas de obesidad que permanece ahora en la segunda parte. A excepción de Lucy, creo que el programa de computación que usan tiene sólo semicírculos entre sus opciones. Lo anterior lo escribo más como comentario que como crítica porque es entendible que se busque diferenciar entre la decena de cintas de animación que se estrenan al año con un estilo único de diseño, es solo que no se ve variedad.

Lo del 3D y 4D no podré comentar. Me imagino que la escena del carro submarino y el minion corriendo por el patio habrá sido divertido por su cuenta. Uno como humilde empleado que apenas le alcanza para la nítida, clara y brillante imagen del 2D se tiene que conformar con los cero dolores de cabeza que provoca ver una película y no distraerse con efectos especiales literalmente en tu frente.

Sobre el doblaje al español proporcionado por el comediante mexicano Andrés Bustamante, sinceramente me quedo con la versión original realizada por Steve Carell. Su tono de voz es demasiado irritante, mucho más pronunciado y en todo momento sabes que la voz es extremadamente fingida. No te crees que pueda existir una persona en el mundo que pueda hablar de esa forma, al menos no con la intención de hacerlo. Pero no hay mucho que hacer al respecto. Ni modo.

Me hubiera gustado que la secuela hubiera tenido mayor ambición. Es divertida, te la pasas bien, toda la familia se divertirá, pero al final se perderá con el tiempo. Ojalá Gru encuentre un mayor reto para la próxima película, quizás sería interesante que una de sus hijas lo haga abuelo.